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Toxicidad de los tratamientos oncológicos

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AUTORAS: Dra. Ana Blasco
                     Dra. Cristina Caballero
 

Introducción
Hoy en día disponemos de un amplio arsenal de fármacos con actividad antineoplásica. En las páginas siguientes se exponen los efectos secundarios principales de los quimioterápicos clásicos así como de los nuevos fármacos, dirigidos contra las dianas moleculares.
 
Los quimioterápicos ejercen su acción actuando sobre las células cancerígenas, derivadas de células sanas y que comparten con éstas procesos metabólicos y funcionales, por lo que cualquier fármaco que actué sobre ellas también lo hará en mayor o menor grado sobre todas las demás células del organismo. De ahí que los tratamientos quimioterápicos asocian una serie de efectos más o menos graves, sobre el resto del organismo denominándose efectos tóxicos o secundarios. Las células más afectadas por el efecto citotóxico de la quimioterapia son aquellas que comparten características con las células tumorales, especialmente la multiplicación celular a gran velocidad, como son las de los folículos pilosos, de la médula ósea, el tubo digestivo y el sistema reproductor.
 
En los últimos años se han incorporado a los tratamientos disponibles nuevos fármacos denominados de forma general  agentes biológicos diana-específicos, fármacos antidiana  o terapias dirigidas. Se trata de fármacos que reconocen las características específicas de las células tumorales, actuando directamente sobre proteínas o mecanismos implicados en la proliferación y crecimiento de las células tumorales y que constituyen parte fundamental para el desarrollo de la célula tumoral. Entre estos se incluyen: imatinib (Gleevec), trastuzumab (Herceptin), rituximab (Rituxan), erlotinib (Tarceva), bevacizumab (Avastin), cetuximab (Erbitux) y sorafenib (Nexavar).
 
El objetivo de estos nuevos fármacos  es bloquear moléculas específicas de las células cancerosas para retardar o detener el crecimiento del cáncer. En comparación con la quimioterapia convencional, estos fármacos son más específicos y generan menos efectos secundarios asociados con la quimioterapia. Aún así, su espectro de toxicidad, el rango de gravedad de ésta y los posibles efectos adversos derivados de un uso prolongado de los mismos aún permanece en estudio, presentado la mayoría de los pacientes problemas en la piel, el cabello, las uñas o los ojos.
 
La toxicidad asociada al tratamiento quimioterápico es un aspecto muy importante, principalmente por la influencia negativa que ejerce sobre la calidad de vida de los pacientes, así como el riesgo vital que puede suponer en algunas circunstancias.
 
Los efectos secundarios producen gran temor en los pacientes, aunque en la mayoría de los casos son más soportables de lo esperado.
 
¿CÓMO SE EVALUA LA TOXICIDAD?
Muchos de los efectos tóxicos podrían ser evitados o minimizados mediante una exhaustiva evaluación tras cada ciclo de quimioterapia.
 
La toxicidad debe ser evaluada en cuanto a severidad, frecuencia y duración, teniendo en cuenta que tiene dos dimensiones una subjetiva y otra objetiva. Es preciso informar a su doctor de la severidad y de la duración de la toxicidad. Las toxicidades objetivas se evalúan mediante el examen físico o los análisis de laboratorio.
 
La toxicidad debe evaluarse a corto y a largo plazo, siendo está muy importante en aquellas situaciones en que existe una elevada probabilidad de curación (aparición de segundas neoplasias o leucemias en pacientes jóvenes tratados de cáncer de testículo o linfomas).
 
Los criterios comunes de toxicidad (CTC) son un sistema ordenado según la severidad y la afectación de los diferentes órganos o sistemas. Cada centro puede emplear un sistema de gradación de la toxicidad, siendo los más empleados: los del NCI, ECOG u OMS. En los informes médicos puede ver reflejado un número del 0-4 asociado a un efectos indeseable (ej Nauseas G2).
 
Es importante conocer los efectos secundarios asociados a cada tipo de fármaco quimioterápico, para de esta manera prevenir la aparición de toxicidad lo que permita tener un buen control sintomático y una mayor calidad de vida. 

Tabla 1.- Clasificación de la toxicidad en función del momento de aparición.
TOXICIDAD INMEDIATA
(Horas-días tras QT)
TOXICIDAD PRECOZ
Días-semanas tras QT
TOXICIDAD RETARDADA
Semanas-meses tras QT
TOXICIDAD TARDIA
Meses-años tras QT
 
Vómitos
Fiebre
Hiper/Hipotensión
Flebitis
Insuficiencia renal aguda
Reacciones alérgicas
Rash cutáneo
Cistitis hemorrágica
Necrosis tisular local
Alopecia
Aplasia medular: leucopenia, anemia, trombopenia
Mucositis
Diarrea
Íleo paralítico
Hiperglucemia
Psicosis
Retención hídrica
Síndrome pseudogripal
Ototoxicidad
Anemia
Aspermia
Pigmentación cutánea
Fibrosis pulmonar
Neuropatía periférica
Cardiotoxicidad
Fibrosis del conducto lagrimal
Ataxia cerebelosa
Daño hepatocelular
Fenómeno de Raynaud
Síndrome hemolítico-urémico
Hiperpigmentación cutánea
Hipogonadismo/esterilidad
Leucemias agudas
Linfomas
Encefalopatía
Cataratas
Carcinogénesis
Menopausia precoz
Fibrosis hepática/cirrosis
Osteoporosis
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  
 
  
   
 
TOXICIDADES MÁS COMUNES
 
Es importante señalas que no todas las personas experimentan todos los efectos secundarios, ni en el mismo grado, incluso en un porcentaje importante de pacientes éstos son leves o incluso inexistentes.
 
La prevención de los efectos secundarios, por medio de la información y de los tratamientos de soporte logra minimizar su gravedad.
 
La mayoría de los efectos secundarios desaparecen gradualmente después de que termina el tratamiento, aunque en ocasiones  pueden producir daños permanentes.
 
Los efectos secundarios más comunes son los que aparecen de manera inmediata  o precoz:
-   Caída del cabello (Alopecia)
-   Náuseas y vómitos.
-   Cansancio.
-   Anemia.
-   Infección.
-   Dermatitis, Acné
-   Aparición de moraduras
-   Disminución del apetito y pérdida de peso
-   Llagas en la boca (Mucositis)
-   Sequedad de piel
-   Cansancio (Astenia)
 
TOXIDAD DE LOS NUEVOS FARMACOS ANTIDIANA
A pesar de la gran selectividad de estas terapias dirigidas emergen una serie de efectos colaterales, a veces impredecibles.
Las toxicidades más comunes son:
-          Cutánea
-          Cardiovascular:
  o   Hipertensión arterial
  o   Insuficiencia Cardiaca
  o   Cambios en el electrocardiograma
-          Gastrointestinal: Diarrea
-          Pulmonar: Enfermedad pulmonar intersticial
-          Hepática
-     Alteraciones hidroelectrolítica

A continuación se enumeran los principales fármacos antidiana, con sus toxicidades más frecuentes, que se explican en las páginas siguientes: 
 

Trastuzumab
 
Cardiotoxicidad.
Reacciones en sitio de infusión.
Neutropenia.
 

Imatinib
 
Cardiotoxicidad.
Edemas.
Nauseas.
Mielosupresión.
 

Desatinib
 
Cardiotoxicidad.
Mielosupresión.
Edemas.
Derrame pleural/pericárdico.
Prolongación QT.
Sangrado.
 

Nilotinib
 
Cardiotoxicidad.
Hiperbilirrubinemia.
Rash.
Prolongsción QT.
 

Sunitinib
 
Cardiotoxicidad.
Hemorragias.
Hipertensión arterial.
Disfunción adrenal.
Alteraciones del color de piel y cabello.
Hipotiroidismo.
 

Sorafenib
 
Cardiotoxicidad.
Diarrea.
Nauseas y vómitos.
Dispepsia.
Hipertensión arterial.
Rash.
Mucositis y estomatitis.
Hemorragia.
Síndromes coronarios.


Bevacizumab
 
Cardiotoxicidad.
Hemorragia.
Perforación intestinal.
Hipertensión Arterial.
Neutropenia.
Complicaciones de cicatrización.
Tromboembolismo arterial.
 

Lapatinib
 
Rash.
Diarrea.
 

Gefitinib
 
Rash.
Diarrea.
Nauseas.
Patología pulmonar intersticial.
 

Erlotinib
 
Rash.
Patología pulmonar intersticial.
Diarrea.
 

Cetuximab
 
Rash.
Reacción en punto de infusión
Patología pulmonar intersticial.
Hipomagnesemia.
 
Panitumumab
 
Rash.
 

Temsirolimus
 
Astenia
Estomatitis
Neumonitis
Infecciones
Toxicidad cutánea
 

Pazopanib
 
Toxicidad hepática
Hipertensión Arterial
Toxicidadcardiaca
Diarrea
Nauseas-Vómitos
Astenia y Anorexia
Cambios en la coloración del cabello
 

Everolimus

Neumonitis intersiticial
Estomatitis
Astenia
Infecciones


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