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Cuidados continuos: cuidados de soporte y paliación

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Deshidratación

El paciente oncológico está especialmente predispuesto a la deshidratación, ya sea por la enfermedad de base, las consecuencias del tratamiento o por otras complicaciones como la hipercalcemia.

La adecuada hidratación se considera esencial para la salud, y su alteración puede conllevar problemas secundarios, como desequilibrios en los electrolitos de la sangre, sequedad de la piel y mucosas, y facilidad para la aparición de heridas e infecciones. En casos extremos, la pérdida de fluidos puede llegar a alterar la función del riñón.

 

Causas

La deshidratación ocurrirá cuando aumente la pérdida de líquidos, o cuando se reduzca su ingesta:

-   Aumento de la pérdida de líquidos por:

-       Diarrea

-       Vómitos de repetición

-       Medicamentos

-       Sudoración profusa causada por medicamentos, fiebre, etc.

-       Enfermedades renales y endocrinas

-       Complicaciones médicas (diabetes mal controlada, hipercalcemia…)

-   Reducción de la ingesta de líquidos por:

-       Etapas avanzadas de la enfermedad

-       Dolor mal controlado

-       Alteraciones de la boca o esofágicas

-       Edad avanzada

 

Diagnóstico

Los datos que orientan al diagnóstico son la aparición de sed, la sequedad de la piel y las mucosas, la disminución de la elasticidad cutánea, la aparición de arrugas o heridas y la disminución de la diuresis (orina). Se suele realizar una analítica para el diagnóstico de trastornos electrolíticos acompañantes, y para valorar la función renal, puesto que el riñón se puede dañar por la falta de aporte de líquidos. En caso de deshidratación, la sangre está “concentrada” y algunos parámetros pueden elevarse, lo que se conoce como “hemoconcentración”.

 

Tratamiento

 

En caso de producirse es básico corregir la causa que ha conducido a la deshidratación, como los vómitos o la diarrea asociados al tratamiento (ver apartado VÓMITOS o DIARREA de este documento). A corto plazo el tratamiento se basará en la rehidratación del enfermo mediante sueroterapia o aumento en la toma de líquidos orales, teniendo cuidado en corregir los desequilibrios electrolíticos que se hayan podido generar.

La prevención es fundamental, por lo que el paciente debe ser instruido en las medidas que se recogen a continuación.

Consejos para pacientes deshidratados

-    Beba a lo largo del día al menos 8 vasos de agua, que pueden ser sustituidos por infusiones, gelatinas o agua gelificada.

-    Ingiera comidas ricas en líquido como:

  •  Sopa, caldos…
  •  Gelatinas o fruta fresca
  •  Batidos
  •  Zumos añadiéndoles agua
  •  Patatas o arroz caldoso

-      Limite la ingesta de bebidas ricas en cafeína, que presenta un efecto diurético.

-    Si la deshidratación se asocia a sequedad de la boca (xerostomía) siga las recomendaciones recogidas en el apartado específico de este documento, y si se asocia con sequedad cutánea (xerosis), siga las recomendaciones del apartado correspondiente de este documento.

-    En casos leves y en los que la vía oral esté disponible, se puede intentar la rehidratación por boca, y en casos graves, su médico valorará la conveniencia de la rehidratación por vía intravenosa


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