Linfoma de Hodgkin
Índice de navegación
- Linfoma de Hodgkin
- Datos epidemiológicos
- Causas y factores de riesgo
- Signos y síntomas
- Diagnóstico
- Tipos de linfoma de Hodgkin
- Estudios previos al tratamiento
- Determinación del estadio
- Pronóstico y factores pronósticos
- Tratamiento: conceptos generales
- Trasplante de células progenitoras hematopoyéticas autólogas
- Inmunotoxinas
- Inmunoterapia (inhibidores de los puntos de control inmune)
- Trasplante de progenitores hematopoyéticos alogénicos
- Tratamiento estándar de los pacientes con nuevo diagnóstico
- Tratamiento de los pacientes con recaída o enfermedad progresiva
- Tratamiento del linfoma de Hodgkin predominio linfocítico nodular
- Efectos tóxicos tardíos del tratamiento
- Seguimiento después del tratamiento
- Investigación en nuevas opciones de tratamiento
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Diagnóstico
El diagnostico de linfoma de Hodgkin debe establecerse siempre tras una biopsia de alguno de los ganglios linfáticos aumentados de tamaño.
La citología de un ganglio linfático obtenida a través de la aspiración con una aguja fina, es un estudio orientativo que nunca debe ser suficiente para iniciar el tratamiento. Siempre que sea posible debe realizarse la biopsia de un ganglio entero (adenectomía) ya que esto permite un diagnóstico más fiable.
Cuando no existen ganglios externos aumentados de tamaño (en cuello, axilas o ingles), puede realizarse el diagnóstico mediante la toma de una biopsia mediante punción con aguja gruesa en el Departamento de Radiología Intervencionista.
Este procedimiento obtiene una pequeña cantidad de tejido para analizar en el laboratorio, con lo que el diagnóstico es más difícil y requiere el análisis de un patólogo experto en linfomas. Si la muestra de tejido no es suficiente, el paciente deberá ser sometido a una intervención quirúrgica más importante (mediastinoscopia para obtener ganglios torácicos o laparotomía para obtener ganglios abdominales).