• Inicio
  • Información sobre el cáncer
  • Cáncer de Próstata

Cáncer de próstata

Índice de navegación

¿Por qué ocurre el cáncer de próstata? ¿Se puede prevenir?

  • El cáncer se considera una enfermedad genética, ya que los tumores ocurren debido a la presencia de mutaciones que hacen que las células de los tejidos sanos se multipliquen y crezcan sin control.
    Como ocurre con otros tumores, todavía no se conocen con exactitud las causas del cáncer de próstata y se piensa que la mayoría ocurren por varios factores que interaccionan entre sí y aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de próstata. Los factores de riesgo y los factores protectores más importantes son:

    Factores de riesgo

    • Edad: Es el principal factor de riesgo, aumentando a partir de los 50-60 años en hombres de raza blanca y a partir de los 40 años en hombres de raza negra o con antecedentes familiares de cáncer de próstata.
    • Raza: El cáncer de próstata es más frecuente en hombres de raza negra y menos frecuente en países asiáticos. Además, los hombres de raza negra tienen una enfermedad de peor pronóstico.
    • Historia familiar y factores genéticos: Hasta el 10% de los casos de cáncer de próstata tienen un componente genético. Los varones con un familiar de primer grado diagnosticado de cáncer de próstata tienen más probabilidad de desarrollar la enfermedad, incluso con edad de aparición más precoz de lo habitual (menos de 55 años). Se conocen varios genes asociados con el riesgo de desarrollar un cáncer de próstata, destacando BRCA2, y en menor medida BRCA1, que también predisponen a otro tipo de tumores (mama, ovario, páncreas…), también mutaciones en otros genes como CHEK2, ATM, HOXB13 confieren un mayor riesgo de padecer un cáncer de próstata. En general, las mutaciones en BRCA2 también están asociadas a un peor pronóstico de la enfermedad.
    • Otros factores de menor importancia:
      • Dieta: Se cree que las dietas ricas en grasas animales y pobres en verduras (especialmente crucíferas como el brécol o la coliflor), la ingesta de ácidos grasos omega-3 (abundantes en los aceites de pescado) y el consumo de alcohol se asocian con mayor riesgo de cáncer de próstata. Aunque hay menos evidencia al respecto, también se ha observado un mayor número de casos de cáncer de próstata en hombres que utilizan complejos multivitamínicos, suplementos de zinc o que presentan niveles elevados de ácido fólico y vitamina B12. No está clara la influencia de la vitamina D sobre el cáncer de próstata.
      • Obesidad: Parece que la obesidad aumenta el riesgo de tener cáncer de próstata y su agresividad.
      • Tabaco: A pesar de que su asociación no es tan clara como con otros tipos de cáncer, se ha visto que el hábito tabáquico puede aumentar el riesgo de cáncer de próstata (sobre todo en personas de alto riesgo como los hombres de raza negra) y su mortalidad.
      • Infecciones e inflamación crónica: Hay poca evidencia pero se cree que las prostatitis de repetición y la infección por Trichomonas vaginalis podría aumentar el riesgo de cáncer de próstata.

    Factores protectores

    • Dieta: El tomate y la sandía tienen un alto contenido en licopenos, antioxidantes que ayudan a prevenir el daño al ADN y que en algunos estudios se han asociado con un menor riesgo de cáncer de próstata. De igual manera, los fitoestrógenos presentes en la soja y otras legumbres o el consumo de café (con y sin cafeína) también se han vinculado con una disminución del riesgo de cáncer de próstata. No parece que el selenio o la vitamina E actúen como factores protectores (de hecho algunos estudios revelan un incremento del riesgo).
    • Ejercicio físico: Los datos que relacionan la actividad física con el cáncer de próstata son contradictorios, aunque parece que los pacientes mayores de 65 años que realizan ejercicio físico vigoroso tienen menos riesgo.
    • Fármacos: La mayor evidencia procede de los inhibidores de la 5-alfa reductasa, como dutasteride o finasteride, empleados en el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata y la alopecia. Aunque parece que disminuyen el riesgo de cáncer de próstata, también se han asociado al diagnóstico de tumores más agresivos y no están exentos de efectos secundarios, sobre todo relacionados con la esfera sexual, por lo que a día de hoy no se recomiendan como fármacos preventivos. Es posible que las estatinas o algunos antiinflamatorios como la aspirina puedan disminuir el riesgo de cáncer de próstata, aunque tampoco están recomendados como agentes preventivos.

    Aunque el cribado o screening poblacional mediante la determinación en sangre de PSA no sirve para prevenir el desarrollo del cáncer de próstata, sí facilita un diagnóstico precoz y se cree que ello podría suponer una disminución en la mortalidad por cáncer de próstata. Por contra, también se ha visto que puede llevar al diagnóstico tumores que posiblemente nunca darían síntomas, con el consiguiente riesgo de sobretratamiento y efectos secundarios.

    Por todo ello, la recomendación más aceptada en la actualidad es el cribado con una determinación anual o bianual de PSA en función del riesgo individual de cada paciente, a partir de los 50 años en la población general y a partir de los 40-45 años en pacientes de alto riesgo (sobre todo con antecedentes familiares o mutaciones genéticas que confieren alto  riesgo como BRCA2) hasta los 70-75 años.


2/8