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Cáncer de colon y recto

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Detección y diagnóstico 

Pólipos y otras enfermedades premalignas: Los pacientes con determinadas enfermedades o condiciones predisponentes pueden beneficiarse de un programa de vigilancia. Si Usted tiene alguna de ellas, consulte con su médico para su caso en concreto.

Diagnóstico precoz: Consiste en realizar unas pruebas (en el cáncer colorrectal, un análisis de sangre oculta en heces y/o una colonoscopia) para diagnosticar el tumor en una etapa inicial o precoz en personas que no tienen ningún síntoma. En el momento actual el método de cribado para la población general, no de riesgo,  recomendado por las autoridades sanitarias y que se ha establecido en el territorio nacional de forma progresiva , es la detección de sangre oculta en heces a partir de los 50 años de edad.

Diagnóstico: Para diagnosticar un cáncer colorrectal se realizan una historia clínica, una exploración física, una analítica de sangre, unas pruebas radiológicas y, la mayoría de las veces, una colonoscopia.

1. Historia clínica y exploración física: Como en cualquier enfermedad, habitualmente la historia clínica y la exploración física son las dos actuaciones médicas que se realizan en primer lugar.

2. Analítica: El hemograma aportará información sobre si existe anemia. La bioquímica sanguínea puede orientar sobre la función de órganos como el hígado o el riñón.

3. Marcadores tumorales: Son unas determinaciones que miden el nivel de ciertas proteínas en la sangre. El antígeno carcinoembrionario (CEA) y el CA 19.9 son los más utilizados. Son análisis orientativos, pero no diagnósticos, porque:

Los marcadores tumorales pueden ser normales y existir un cáncer => no todos los cánceres produce elevación de marcadores.
• Los marcadores tumorales pueden estar elevados y no existir un cáncer => elevación de marcadores por causas benignas o no tumorales.

LOS MARCADORES TUMORALES NO DEBEN UTILIZARSE PARA EL DIAGNÓSTICO DE CANCER COLORRECTAL. Sólo son utilizados, una vez que el paciente está diagnosticado de cáncer de colon, para el seguimiento de la enfermedad en los casos en los que el oncólogo así lo indique.

4. Colonoscopia: La endoscopia consiste en la introducción de un aparato (= endoscopio) que tiene una luz al final y que permite visualizar el interior del colon y recto. Tiene una pinza en su extremo interno con la que se pueden tomar biopsias. Puede resecar pólipos si no son muy grandes.

Pólipo de colon y cáncer de colon  

5. Exploraciones radiológicas: Para diagnosticar el cáncer colorrectal y/o estudiar su nivel de extensión por el cuerpo, se pueden realizar diferentes exploraciones radiológicas. No es obligatorio que se realicen todas, ya que algunas pueden ser sustituidas por otras pruebas. 

• Radiografía (Rx) de tórax: Es una técnica empleada con mucha frecuencia. Puede ser sustituida por un escáner torácico si el médico lo considera más apropiado.
• Rx simple de abdomen: Es fácil de realizar y puede aportar información sobre si existe obstrucción intestinal. Puede ser sustituida en la mayoría de los casos por un escáner (TAC) abdominal.
• Enema opaco: Consiste en la administración de un contraste de bario por el ano. Este contraste “dibuja” el interior del colon y recto. Puede detectar lesiones, siempre que tengan un tamaño determinado. Si se ha realizado una colonoscopia completa, no es necesario hacer un enema opaco.
• Ecografía abdominal o abdominopélvica: Se basa en los ultrasonidos. Es útil para estudiar el hígado, saber si hay líquido libre en el abdomen, detectar masas en el abdomen o la pelvis, etc
• Escáner (= tomografía axial computerizada ó TAC ó CT) de tórax. Aporta información sobre los pulmones, el mediastino (= espacio entre los pulmones), los huesos del tórax y el corazón.
• CT abdominal-pélvico: Es una prueba radiológica que ofrece muchos datos sobre el cáncer colorrectal: su extensión local, si existen metástasis en el hígado, si hay ascitis, etc.
• Resonancia abdominal: Es una técnica diferente al CT, que se suele hacer cuando existen hallazgos en el escáner que precisan exploraciones complementarias.

ESCÁNER ABDOMINAL. METÁSTASIS HEPÁTICAS

6. Otras exploraciones: Existen otras pruebas complementarias que, a veces, se utilizan para completar el diagnóstico como son:

• Ecografía endoscópica: Consiste en un endoscopio que tiene también un transmisor de ultrasonidos para hacer una ecografía. Es de gran utilidad para la clasificación del cáncer de recto.
• Tomografía de emisión de positrones (PET): Es una prueba de Medicina Nuclear, que consiste en inyectar un líquido marcado con una sustancia específica y medir la emisión de unas partículas llamadas positrones. Da una visión global del cuerpo. NO ES IMPRESCINDIBLE SU USO EN TODOS LOS CASOS.
• Gammagrafía ósea: para estudiar si el cáncer se ha extendido a los huesos (sólo se raliza en los casos en los que el paciente tiene síntomas óseos).
• Laparoscopia: Es una técnica que consiste en introducir un endoscopio en la cavidad abdominal, a través de unos orificios que hace el cirujano en la pared abdominal, para comprobar si el tumor se ha extendido más allá del colon a las membranas que recubren el intestino delgado, por ejemplo. Se realiza raramente, en casos en los que el resto de exploraciones no son concluyentes.


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