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Cáncer de vejiga

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Estudios diagnósticos

Cuando se sospecha un cáncer de vejiga, además de preguntar por los síntomas y explorar al paciente, deben realizarse ciertas pruebas complementarias para confirmarlo y para determinar el subtipo tumoral y el estadio de la enfermedad (ver apartado Estadios).
 
-       Analítica general de sangre: es especialmente importante controlar la función del riñón, porque en los pacientes con cáncer de vejiga con frecuencia está alterada. La función del riñón se determina con una prueba analítica llamada creatinina. Además, la hematuria puede generar anemia u otras alteraciones que también serán visibles en este examen.  
 
-      Analítica de orina: la presencia de células uroteliales malignas en la orina detectadas mediante un estudio citológico confirma el diagnóstico. Sin embargo, la citología de orina no es muy sensible, y suele haber enfermos con cáncer de vejiga sin alteraciones destacables en su analítica de orina.   
 
-      Ecografía abdominal y de la vía urinaria: permite observar con detalle los riñones, uréteres y la vejiga siempre que se encuentren llenos de orina. Es una prueba no invasiva e inocua para el paciente que en muchos casos es capaz de detectar los tumores vesicales, y evaluar su alcance sobre la vía urinaria o el resto de órganos abdominales.
 
-      Cistoscopia: la cistoscopia es el método “gold estándar” para el diagnóstico y estadificación local del cáncer de vejiga. Consiste en introducir en la vejiga a través de la uretra un tubo flexible equipado con una pequeña cámara de vídeo. Esto nos permite observar el interior de la vejiga, e incluso se pueden realizar algunas intervenciones, como quitar pólipos, tomar biopsias, etc. Se puede realizar en la consulta, sin necesidad de anestesia general aunque si se prevé una manipulación importante de la vejiga suele hacerse en quirófano.
 
-    Tomografía axial computerizada (TAC) del tórax y/o resonancia nuclear magnética (RNM) del abdomen y de la pelvis: suele realizarse especialmente si existe sospecha de que el tumor haya avanzado hasta capas más profundas de la vejiga. Estos estudios permiten determinar el estadio tumoral.
 
Además pueden realizarse en algunos casos:
 
-       TAC o RNM cerebral: si se sospecha la existencia de metástasis cerebrales.
 
-       Gammagrafía ósea: si pueden existir metástasis óseas.
 
-     Resección transuretral (RTU): consiste en una operación para poder observar el interior de la vejiga y realizar resecciones con más profundidad que la cistoscopia. Es una intervención que requiere anestesia pero también se lleva a cabo a través de la uretra y supone una mínima agresión para el paciente
 

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