Cáncer de esófago
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Etiología y factores de riesgo
Dependiendo del tipo histológico (adenocarcinoma ó carcinoma epidermoide) existen diferentes factores de riesgo asociados con su aparición.
Los factores de riesgo asociados al desarrollo de carcinoma epidermoide de esófago son:
- Tabaco.
- Alcohol.
- Extracción social baja.
- Dieta: déficit nutritivos, hipovitaminosis, ingesta de alimentos con alto contenido de nitrosaminas (carne conservada, pescado ahumado, seco…).
- Achalasia.
- Esófago de Barret.
- Lesiones por cáusticos.
- Ptilosis.
- Síndrome de Plummer-Vinson.
- Neoplasias de cabeza y cuello.
- Cáncer de mama cuyo tratamiento haya comprendido la radioterapia.
- Ingesta de bebidas calientes.
Existe una mayor frecuencia de segundos tumores del tracto respiratorio y digestivo superior entre los pacientes con carcinoma epidermoide de esófago, mayoritariamente como resultado de la exposición al tabaco.
Los factores de riesgo más asociados al desarrollo de adenocarcinoma de esófago son:
- Reflujo gastroesófagico.
- Obesidad.
- Infección por H. pylori.
- Sexo masculino (7:1).
- Extracción social baja.
- Dieta: déficits nutritivos, hipovitaminosis, ingesta de alimentos con alto contenido de nitrosaminas (carne conservada, pescado ahumado, seco…).
- Tabaco.
El adenocarcinoma de esófago distal y de la unión gastroesofágica surge típicamente en un epitelio con metaplasia, circunstancia conocida como esófago de Barret. Esta condición premaligna se caracteriza por la presencia de un epitelio columnar que abarca a tres o más centímetros del esófago tubular distal, ya sea en presencia o en ausencia de hernia de hiato. El esófago de Barret es dos veces más prevalente en varones que en mujeres, y su frecuencia se incrementa con la edad. Pese a asociarse con la enfermedad por reflujo crónico, su verdadera causa es desconocida. Aproximadamente el 60% de los casos de adenocarcinoma de esófago distal o de la unión gastroesofágica presentan evidencia de esófago de Barret. El manejo habitual de los pacientes con esófago de Barret es el seguimiento mediante la realización de endoscopias periódicas y biopsias para ver el grado de degeneración del tejido (displasia). En los casos de displasia de alto grado se recomienda un seguimiento más intenso, incluso la resección quirúrgica.