Cuidados
Continuos
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La
onicolisis
es la pérdida de adherencia entre la uña y el lecho ungueal, es típica de los taxanos
(docetaxel y paclitaxel), habiendo casos con pérdida total o parcial de la uña. Son alteraciones con
impacto cosmético y sólo en casos especiales precisarán AINES por dolor y antibióticos tópicos en
caso de paroniquia. Por regla general estas alteraciones desaparecen tras la retirada del fármaco. Hay
antitumorales como la bleomicina, que alteran el flujo sanguíneo de las uñas produciendo isquemia que
se desarrolla varios meses después del tratamiento. Otros fármacos disminuyen el crecimiento de las
uñas como es el caso del metotrexato.
La
leuconiquia transversal
se caracteriza por manchas blancas en las uñas, algunos agentes
quimioterápicos que la pueden producen son doxorrubicina, ciclofosfamida y vincristina. No precisa de
tratamiento específico.
Recomendaciones:
Limpiar las uñas y aplicar cremas o lociones hidratantes en las manos y pies, al menos una vez al día.
Consultar a un podólogo antes de iniciar el tratamiento con EGFRI (especialmente en casos de uñas
encarnadas o situaciones que puedan predisponer a una paroniquia).
Alopecia
La pérdida de cabello es uno de los efectos secundarios más frecuentes, si bien no todos los
quimioterápicos producen alopecia. Se trata de un efecto tóxico reversible, aunque con gran
repercusión psicológica en los pacientes, impactando en su calidad de vida en ocasiones de formamuy
traumática, con consecuencias en su autoimagen, equilibrio psicológico y social y motivando rechazos
o abandonos de los tratamientos oncológicos. El 80-95% del cuero cabelludo se encuentra en fase
anágena (crecimiento activo): estas células son las más afectadas por los tratamientos oncológicos
inhibiendo su división y produciendo el efluvio telógeno. Otros factores que influyen en el crecimiento
del folículo son fenómenos hormonales, infecciosos o enfermedades sistémicas que pueden producir
el efluvio teló geno. La pérdida de cabello depende de la vía, dosis y pauta de administración de los
medicamentos. Las terapias a dosis altas y regímenes de quimioterapia de combinación, causan más
alopecia comparados con agentes individuales a dosis bajas con administración oral. La caída del
cabello suele comenzar a las 2-3 semanas del tratamiento y se recupera a partir de los 2-6 meses del
cese de la quimioterapia. La pérdida de pestañas y cejas es más variable, en el caso de éstas últimas, a
veces irreversible (caso de taxanos).
Los agentes antitumorales que producen mayor grado de alopecia son los alquilantes (ciclofosfamida,
ifosfamida), antraciclinas (doxorrubicina, daunorrubicina, idarrubicina), taxanos (docetaxel y paclitaxel),
etopósido y alcaloides de la vinca (vinblastina y vindesina). Con ciclofosfamida, busulfán y docetaxel se
han descrito casos de alopecia irreversible. Otro grupo de fármacos conmoderado potencial alopeciante
sonmitomicina, irinotecan, metotrexato, topotecán, bleomicina, vinorelbina, mitoxantrone y 5-Fluoracilo
entre otros. El interferón produce alopecia hasta en el 50% de los pacientes tratados y es independiente
de la dosis. Con algunas terapias biológicas también se han descrito alopecias parciales.
La radioterapia craneal también origina alopecia que será reversible y parcheada con dosis bajas
(50Gy), en caso de dosis mayores probablemente sea irreversible. La pérdida del cabello comienza los
primeros 7-10 días de tratamiento, y será más evidente tras el primer o segundo mes de tratamiento,
recuperándoseapartirdelos3-6mesesdefinalizarlaradioterapia. Una vez acabados los tratamientos
el pelo vuelve a crecer pero puede que de forma distinta tanto en forma, textura y coloración.