Cuidados
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oncólogos parecen similares a las descritas recientemente entre los médicos de Estados
Unidos en general y los oncólogos que dedican mayor cantidad de su tiempo profesional
a la atención de los pacientes parecen tener el riesgo más elevado de burnout.
Por tanto, existen publicaciones en la literatura que confirman la existencia de estrés
y/o burnout entre los profesionales sanitarios que atienden a pacientes con cáncer:
oncólogos médicos, oncólogos radioterapeutas, residentes de estas dos especialidades,
enfermeras y otro tipo de personal del centro.
CONSECUENCIAS
Las consecuencias negativas para los profesionales de la salud por el estrés laboral
pueden afectar al trato con el paciente y su familia y al éxito de las organizaciones
sanitarias. El burnout conlleva una productividad y efectividad menores en el trabajo y
se asocia a varias formas de “abandonar el trabajo”: absentismo, baja laboral y cambio
de trabajo. Sin embargo, no todas las personas con burnout están de baja laboral. El
proceso de baja laboral es complejo y está influenciado no solo por cuestiones de salud,
sino también por una serie de factores físicos, psicológicos y sociales
14,15
.
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Aunque las organizaciones no pueden proteger a los profesionales de los problemas de
estrés que aparecen por cuestiones personales y aspectos de su vida privada, sí pueden
contribuir a una mayor protección frente al distrés en los lugares de trabajo. Dada la
magnitud del problema y los costes asociados con el estrés/burnout en el lugar de
trabajo, un número de organizaciones han planteado una serie de medidas para que los
individuos manejen mejor el estrés o para reducir las fuentes de estrés en el ambiente
laboral.
Los modelos teóricos de prevención de estrés difieren en relación con un número de
parámetros. De Frank y Cooper
16
sugieren que las intervenciones para reducir el estrés
en el trabajo pueden estar dirigidas al individuo, a la relación individuo-organización, y a
la organización
17
.
Las acciones dirigidas al individuo buscan aumentar la capacidad física y psicológica de
la persona para que sea capaz de adaptarse a la situación estresante.
•
Las acciones que se toman a nivel más local (por ejemplo, dentro de un departamento
o de un equipo) tiene a enfatizar la interface entre el individuo y la organización
(por ejemplo, clarificando roles o aumentando la autonomía y la involucración del
personal).
•
Las intervenciones sobre la organización tienen como objetivo reducir el estrés a un
nivel “macro”. Por ejemplo, modificando ciertos aspectos de la estructura de la
organización, revisando el proceso y la política de selección de personal, o adaptando
el entorno laboral a las necesidades de los empleados.