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Cuidados

Continuos

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otros profesionales de la salud debería tener efectos positivos, incluyendo mejoría de la

calidad del trabajo, aumento de la calidad de la atención al paciente y niveles elevados

de satisfacción laboral.

Se sabe poco sobre la prevalencia y causas de burnout entre los oncólogos jóvenes.

Blanchard y col

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enviaron una encuesta a 215 residentes de oncología médica o

radioterápica en Francia, que estaba dividida en siete partes: demografía, nivel de

burnout (MBI), tipo de estresores, trabajo emocional, sentido de equidad en el trabajo,

tipo de apoyo, nivel de salud general y consumo de alcohol/drogas. La tasa de respuesta

fue del 72% (154/215). El agotamiento emocional y la despersonalización se reportaron en

el 25% y 38% de los residentes, respectivamente. La prevalencia del burnout fue del 42%,

definido por niveles anormalmente altos en los dos parámetros anteriores. El burnout

se asoció con una percepción menor de la salud personal (muy buena/buena vs media/

mala, p=0.0006). Los niveles de burnout fueron más elevados entre los residentes que no

se sentían recompensados adecuadamente por su trabajo y su compromiso (p< 0.01).

No encontraron características demográficas (edad, género, estado marital, duración del

tiempo que llevan trabajando) que fueran predictivas del burnout. No hubo diferencias

entre residentes de oncología médica y oncología radioterápica (p=0.55). Los autores

concluyen que el nivel de burntout entre los residentes de oncología de Francia es alto, y

que pueden influir múltiples factores como edad joven, falta de experiencia, sobrecarga

de trabajo y el hecho de que los residentes suelen atender a pacientes muy enfermos o

al final de la vida. En cuanto a las intervenciones necesarias para mejorar esta situación

proponen grupos de apoyo, un entrenamiento (coaching) más intenso por parte de los

facultativos senior, programas de entrenamiento sobre “dar malas noticias” y desarrollo

de habilidades para el manejo del estrés.

En otro estudio italiano, Fimiani y Savastano

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evaluaron mediante MBI los tres

componentes del burnout para examinar las diferencias entre enfermeras del

departamento de oncología y enfermeras del hospital de día. De las 20 enfermeras

consultadas, contestaron 14 (70%), 9 del departamento y 5 del hospital de día. El 50%

presentaban niveles elevados de agotamiento emocional. La despersonalización estaba

presente en niveles elevados en el 28.6%, niveles medios en el 21.4% y niveles bajos en

el 28.6%. El rendimiento personal bajo estaba presente en niveles elevados en el 14.3%,

medios en 14.3% y bajos en 71.4%. No se observaron diferencias por el sitio de trabajo.

En resumen, las enfermeras de los servicios de oncología y de hospital de día tienen

síntomas de burnout en un porcentaje considerable.

Un último estudio es el recientemente publicado por Shanafelt y col

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. Entre octubre 2012

y marzo 2013 enviaron una encuesta a 2.998 oncólogos de Estados Unidos, de los que

1.117 la contestaron de forma completa. En los resultados destaca que semanalmente

los oncólogos trabajaban una media de 57.6 horas y atendían una media de 52 pacientes

ambulatorios. 484 (44.7%) oncólogos presentaban burnout con agotamiento emocional

y/o despersonalización según la escala MBI. Las horas dedicadas a la atención directa de

los pacientes fue el factor predictor profesional dominante. La mayoría de los oncólogos

estaban satisfechos con la elección de su carrera (82.5%) y su especialidad (80.4%). Las

conclusiones son que la satisfacción por la carrera es alta, las tasas de burnout entre los