Cuidados
Continuos
284
Modelo especializado:
Este modelo se desarrolla en el marco de colaboración integrada en un mismo centro entre
oncólogos, otros especialistas con conocimientos en oncología como internistas, enfermería
oncológica, etc. Tiene la ventaja de poseer un buen conocimiento del manejo de la toxicidad
diferida y un buen seguimiento en función del riesgo individualizado de recidiva. Se mantiene
un buen contacto con la Atención Primaria, por lo que en teoría recoge las ventajas de ambos
modelos previos.
Otro punto de interés si queremos asegurar un correcto abordaje integral del largo superviviente
es potenciar la investigación en cuidados continuos. A pesar de la mejoría en la investigación
médica del cáncer en nuestro país, la mayoría de los recursos se han centrado en la investigación
básica y en el tratamiento de la enfermedad aguda, incluyendo los ensayos clínicos. Sin embargo,
los recursos asignados a la investigación en el control de síntomas a largo plazo son escasos,
como lo es también la bibliografía acerca de este tema. También existe un déficit de investigación
en el campo de la enfermería entorno a este asunto.
Se requiere por tanto asignar recursos para la realización de estudios descriptivos que reflejen la
situación real de estos pacientes, para lo cual necesitamos conocer la incidencia y prevalencia de
las secuelas físicas y psíquicas, segundos tumores, toxicidad tardía y su repercusión sobre otras
comorbilidades y recidivas tardías.
Serán necesarios posteriores estudios de intervención en el que se evalúen programas de salud
encaminados a resolver los principales problemas de estos pacientes, como lo son evitar o
disminuir los problemas antes citados, evaluar el impacto de la enfermedad sobre la situación
económica y social de los pacientes, así como sobre su familia, pareja o cuidadores.
No debemos olvidar incluir en nuestras acciones la inclusión de recomendaciones preventivas y de
hábitos de salud a seguir como la realización de ejercicio y la correcta inmunización de los pacientes:
Durante el tratamiento los pacientes tienden a descuidar los hábitos físicos saludables lo cual
puede empeorar su salud cardiovascular. Además algunos tratamientos para el cáncer también
tienen un efecto deletéreo en el sistema cardiovascular. Algunos estudios han mostrado que
el ejercicio es seguro en los pacientes supervivientes, lo que ha sido estudiado sobre todo en
pacientes con cáncer de mama. Por otra parte, la actividad física se ha asociado a una menor
incidencia y recurrencia de cáncer, así como una supervivencia mayor.
(15)
Las recomendaciones recogidas en la guía clínica de la NCCN sugieren como recomendaciones
generales la realización de 150 minutos semanales de ejercicio de intensidad moderada o 75
minutos de intensidad elevada, 2-3 sesiones semanales de ejercicios de fuerza muscular y
estiramientos músculo-tendinosos los días que se practique ejercicio.
Por otra parte, los supervivientes al cáncer tienen un mayor riesgo de infección debido a
la inmunosupresión que pueden presentar por tratamientos previos y a la disminución de
anticuerpos que ya presentara el paciente. Antes de plantearnos la vacunación de nuestros
pacientes deberemos comprobar previamente el estado inmune que presenten. El recuento
leucocitario debería ser normal y los pacientes no deben estar bajo tratamiento inmunosupresor
ni quimioterapia. En general se recomiendan las vacunas inactivadas para neumococo, influenza,
tétanos, difteria, tos ferina y VPH. La administración de vacunas atenuadas deberá valorarse de
forma individualizada por el mayor riesgo que presentan en población inmunodeprimida.