Background Image
Previous Page  279 / 510 Next Page
Basic version Information
Show Menu
Previous Page 279 / 510 Next Page
Page Background

Cuidados

Continuos

278

Los problemas de salud más comunes a los que se enfrentan los largos supervivientes son:

Problemas psicológicos:

Sobre todo ansiedad y depresión

(3)

. Es muy común debido al enfrentamiento con la propia

enfermedad, la incertidumbre acerca de su futuro tanto a corto como a largo plazo y la

dependencia que supone a veces este tipo de enfermedad. La actitud terapéutica tiene que ir

encaminada, entre otros objetivos, a la mejora de la calidad de vida del paciente y a incentivar la

consecución de su proyecto vital sin que la enfermedad suponga un obstáculo a la misma.

Alteraciones cognitivas:

Relacionadas con tres factoresprincipales: tratamientoantineoplásico, genética y el propio cáncer.

Las estrategias terapéuticas van encaminadas fundamentalmente a la terapia ocupacional así

como el abordaje de las alteraciones emocionales, alteraciones del sueño, astenia, dolor, y las

comorbilidades. En segunda instancia, varios estudios han demostrado la utilidad de fármacos

psicoestimulantes como modafinilo

(4)

y metilfenidato.

Astenia:

Presente en hasta el 95% de los pacientes. Está en relación con la anemia, alteraciones

hidroelectrolíticas,endocrinas,renalesopulmonares,insomnio,medicaciónyalteracionespsicológicas.

Los ámbitos de actuación comprenden la educación del paciente y su familia, la actividad física

regulada, y en última instancia el uso, nuevamente, de fármacos psicoestimulantes.

(5)

Dolor:

Es importante definir si el origen del dolor, pudiendo ser de características neuropáticas, de

origen postoperatorio, en forma de mialgias o artralgias, secundario a linfedema o dolor

postradioterapia para poder definir el abordaje terapéutico más adecuado. En general, podemos

clasificar el dolor en dos tipos: nociceptivo somático (punzante, mejor definido por el paciente) y

nociceptivo visceral (difuso y peor definido).

Para poder hacer frente a un síntoma tan frecuente y que afecta en gran medida a la calidad de

vida del paciente es importante valorarlo en cuanto a su intensidad así como a sus características.

El abordaje debe hacerse de una manera multidisciplinar disponiendo para ello de las siguientes

vías:

Farmacológica: Disponemos de diversos grupos con potencial analgésico como opioides,

AINEs, benzodiacepinas, etc. Para hacer un uso racional de dichos fármacos nos basaremos

en la escala analgésica de la OMS.

Soporte psicosocial: Basado en ejercicios de respiración, relajación e hipnosis, aunque

existe una clara falta de evidencia científica que soporte dichas terapias (referencias).

Ejercicio: El principal objetivo es aumentar la movilidad de los pacientes. Algunos estudios

han demostrado un mayor control del dolor, sobre todo a nivel cervical y en miembros

superiores mediante programas específicos.

(6)