Cuidados
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CRIBADO DE FRAGILIDAD EN EL ANCIANO
En general, el tipo de pacientes que más se beneficia de la aplicación de un modelo de VGI es el
que se define como anciano frágil. Pero, ¿cómo distinguir qué ancianos oncológicos son frágiles
a priori?.
Desde hace más de 50 años, los oncólogos han empleado la escala de Karnowsky (
Karnowsky
Performance Status Scale
) para medir el nivel de actividad de los pacientes con cáncer y los
cuidados que requieren. El estudio de
Repetto
et al demostró que la VGI en el anciano oncológico
añade información adicional al estado funcional, medido, por ejemplo, mediante el
Performance
Status
(PS)
(10)
.
La dependencia en una omás de las actividades básicas de la vida diaria (ABVD) (baño, continencia,
alimentación, transferencia, ir al baño, vestido) clasifica a una persona como frágil, y predice que
dicho anciano tendrá complicaciones si se somete a cualquier circunstancia que implique estrés
(por ejemplo, la administración de quimioterapia). Asímismo, la dependencia en actividades
instrumentales de la vida diaria (AIVD), o en ABVD, se asocia a un aumento de la mortalidad, de
desarrollo de demencia, y un mayor riesgo de toxicidad asociada a la quimioterapia.
Dada la ambigüedad de la definición de fragilidad, son múltiples los autores que han intentado
hacer operativo este concepto, y han proporcionado una lista de criterios objetivos. Como
consecuencia, se ha propuesto una serie de escalas y de índices de cribado, cuya finalidad es
conseguir una mejor definición y cuantificar conmás precisión este síndrome. Estos cuestionarios
de cribado permiten seleccionar a los pacientes que puedan beneficiarse de una VGI completa, y
evitar la aplicación de la VGI en aquellos ancianos que realmente no la necesiten. Aun así no se
sabe cuáles de estos índices son los mejores para conseguir una definición adecuada, ni cuáles
son preferibles en el ámbito de la Oncogeriatría.
En el ámbito del cáncer en el anciano, los cuestionarios de cribado de fragilidad más utilizados
son el
Vulnerable Elderly Survey
(VES-13), el
Geriatric
-8 (G-8) y el
Groeningen Frailty Index
(GFI).
El cuestionario VES-13 valora la edad, la situación funcional, la autopercepción del estado de
salud y el grado de actividad del paciente
(11)
. En la muestra de ancianos del Medicare, que se
empleó para validar este test, una puntuación
≥
3 identificaba como vulnerables al 32% de los
ancianos y predecía un aumento del riesgo de deterioro funcional o de muerte, de modo que,
una puntuación
≥
3, implica que sea necesario aplicar una VGI completa. El tiempo medio que
se necesita para completar dicho test es inferior a 5 minutos. El VES-13 se ha empleado en
Oncología como herramienta para seleccionar a los ancianos que podrían tolerar el tratamiento
con quimioterapia. Recientemente,
Mohile et al
llevaron a cabo un estudio piloto con ancianos
diagnosticados de cáncer de próstata y tratados con ablación androgénica, y correlacionaron
dicha encuesta con la VGI convencional. Los pacientes que puntuaban por encima de 2 en el VES-
13 tenían peor estado funcional, peor estado físico, más comorbilidad, y peor función cognitiva.
Un estudio llevado a cabo en población española (muestra limitada a pacientes con diagnóstico
de cáncer de mama), puso de manifiesto que hay una buena correlación entre el cuestionario
VES-13 y la VGI, y que la capacidad predictiva de fragilidad de dicho cuestionario es alta. El
estudio de
Luciani et al
, que incluía a pacientes con cualquier tipo de neoplasia, también indicaba
que el cuestionario VES-13 es altamente predictivo de deterioro funcional y que representa una
herramienta de cribado de fragilidad útil en ancianos oncológicos. Según
Owusu et al
, tanto la
escala ECOG-PS como el índice de Karnofsky, son equivalentes al cuestionario VES-13, en cuanto
a su capacidad para identificar a los pacientes con riesgo de fragilidad.