Cuidados
Continuos
262
De forma ideal la comorbilidad debe ser evaluada como un índice, es decir, una cifra que exprese
el riesgo de muerte y de complicaciones terapéuticas.
Estos índices o escalas son herramientas útiles para predecir la mortalidad no relacionada
con el cáncer y el grado de tolerancia al tratamiento pero es necesario consensuar el número
y tipo de condiciones que deben incluir. Los índices más utilizados, todos ellos fáciles de
usar, son:
4
•
Kaplan – Feinstein
: Inicialmente diseñado para conocer la importancia de la comorbilidad
en las complicaciones vasculares de los pacientes diabéticos, fue el primero en identificar
una lista de condiciones de comorbilidad.
•
Índice de Charlson (
Charlson Comorbidity Index
): Es el más utilizado en oncología.
Describe 19 condiciones. Cada una de ellas tiene asignada una puntuación en función del
riesgo relativo de muerte a 1 año ajustado a la edad. La suma de puntuaciones de cada
paciente nos da su comorbilidad.
• Índice de Greenfield. También se conoce como índice de enfermedades coexistentes
(ICED). Inicialmente diseñado para evaluar pacientes con cáncer, actualmente se utiliza
para evaluar la recuperación tras fracturas de cadera.
•
Índice de comorbilidad de NIA/NCI 10. Basado en un estudio de más de 7.000 pacientes
con cáncer. Incluye 27 categorías médicas que se gradúan en función de su severidad,
de si son o no condiciones actuales y de si necesitan o no tratamiento.
•
Escala de puntuación de patología acumulada en geriatría (
Cumulative Illness Rating
Scale- Geriatrics (CIRS-G
).
Aunque todos estos índices tienen un objetivo común que es intentar predecir la
supervivencia de los pacientes con cáncer, existen diferencias entre ellos; por ejemplo,
los índices de Charlson y NIA/NCI se calculan a partir de valores individuales para
condiciones de salud. Por otro lado, ninguno está diseñado para analizar efectos
sinérgicos o multiplicativos y sólo se incluyen medidas funcionales en el de Greenfield.
En cualquier caso, el más utilizado en nuestro medio es el de Charlson
5
.
DIFERENCIAS ENTRE EVALUACIÓN GERIÁTRICA Y COMORBILIDAD
En ancianos oncológicos la valoración geriátrica es de utilidad para diagnosticar
distintas patologías (demencia, depresión, incontinencia, alteraciones de la marcha,
desnutrición, estreñimiento, polifarmacia, etc) que pueden interferir en el tratamiento
oncológico.
El envejecimiento es un proceso muy individualizado siendo la edad cronológica un
mal reflejo de la reserva funcional y de la esperanza de vida. La evaluación geriátrica
integral (
Comprehensive Geriatric Assessment ó CGA
) analiza en profundidad la diversidad
existente en esta población. Permite reconocer procesos potencialmente tratables como
depresión y malnutrición, evaluar la reserva funcional individual, estimar la esperanza
de vida individual y, por último pero no menos importante, adoptar un lenguaje común
para clasificar a los pacientes oncológicos ancianos.