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Cuidados

Continuos

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Los fármacos de elección para el tratamiento empírico son la Anfotericina deoxicolato, las fórmulas

lipídicas de Anfotericina, Caspofungina, Voriconazol o Itraconazol. En pacientes que presenten

neutropenia febril persistente y se documenten infiltrados nodulares pulmonares, la primera

sospecha ha de ser el

Aspergilus spp

y el tratamiento de elección Voriconazol

18

, en pacientes

que hayan recibido profilaxis con azoles es preferible cambiar de grupo terapéutico por la

posibilidad de resistencias y utilizar Anfotericina liposomal

19

. En pacientes que no presenten

infiltrados pulmonares y no hayan recibido profilaxis, la Caspofungina u otra Equinocandina

cubren perfectamente la

Candida spp

y son bien toleradas

20

.

TRATAMIENTO EMPÍRICO ANTIVIRAL

El tratamiento empírico antiviral no está indicado en pacientes con neoplasias no

hematológicas, salvo en presencia de foco. Cuando existen lesiones sospechosas de

infección por

Herpes Virus

, se recomienda administrar tratamiento incluso antes de llegar a

un diagnóstico específico, por el riesgo de diseminación.

La terapia empírica contra el Citomegalovirus (CMV) no está indicada. La infección por

virus respiratorios debe ser considerada, especialmente se coincide con los brotes en la

población general.

SEGUIMIENTO Y DURACIÓN DE LA TERAPIA.

Deben practicarse diariamente anamnesis y exploración física minuciosa en busca de

síntomas y signos que orienten hacia un posible foco infeccioso que nos haga continuar

o modificar el tratamiento antibiótico empírico seleccionado. Al menos cada 3 o 4 días

se reevaluará la eficacia y toxicidad del tratamiento antibiótico instaurado, teniendo en

cuenta que la duración de la fiebre con un tratamiento correcto puede variar entre 2 días

en los tumores sólidos hasta 5 días en tumores hematológicos. Se revisarán diariamente

los cultivos realizados, modificándose el régimen antibiótico en función de los organismo

aislados, la respuesta clínica y la toxicidad secundaria al tratamiento. Mientras persista

la fiebre, deben practicarse hemocultivos cada 48-72 horas. Además, es recomendable

realizar hemogramas diarios hasta que se observen signos de recuperación hematológica,

así como controles de función hepática y renal.

La duración del tratamiento antimicrobiano viene determinado por la identificación del foco

infeccioso, el organismo causante, la respuesta clínica del paciente y la recuperación de los

neutrófilos (Figura 1)

*CON FOCO INFECCIOSO O PATÓGENO AISLADO, EN PACIENTES CONBUENA RESPUESTA CLÍNICA.

Se recomienda mantener el tratamiento antibiótico al menos hasta que la cifra de neutrófilos

sea igual o mayor de 500/mm

3

. En infecciones de piel o mucosas no complicadas, pueden ser

suficiente con 7 a 14 días de tratamiento. En las bacteriemias generalmente se considera

adecuado un tratamiento de 10 a 14 días, o incluso más, si el foco infeccioso es pulmonar

o de senos paranasales.

Las infecciones fúngicas requieren un tratamiento más prolongado, que generalmente

se basa en la respuesta clínica, microbiológica y radiológica.