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EMESIS EN ONCOLOGiA
Dr. Enrique Aranda Aguilar
Jefe de Servicio. Servicio de OncologíaMédica.
Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba
Dr. Isidoro Carlos Barneto Aranda
F.E.A. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba
Los tratamientos aplicados en oncología tienen como finalidad la eliminación de todas las
células tumorales pero en ese objetivo hay que tener en cuenta los efectos secundarios
de cada uno de los tratamientos, que en la situación más extrema pueden dar lugar a una
muerte tóxica.
La toxicidad digestiva secundaria a la administración de tratamientos oncológicos
manifestada en forma de náuseas y vómitos es uno de los efectos más temido por los
pacientes y por los médicos. Sin realizar un correcto tratamiento preventivo puede aparecer
en más del ochenta por ciento de los pacientes que reciben quimioterapia.
Afortunadamente se han producido grandes avances que podemos resumir en: conocimiento
de la fisiopatología e identificación de neurotransmisores, desarrollo de modelos animales
para el estudio preclínico, uniformidad en los estudios clínicos con fármacos antieméticos
con criterios de evaluación de eficacia aceptados y publicación de guías clínicas que
orientan en el tratamiento preventivo de esta toxicidad.
Por lo tanto la prevención y control de esta toxicidad son fundamentales en el planteamiento
del tratamiento de soporte del paciente oncológico. La aparición de náuseas y vómitos
después del tratamiento quimioterápico pueden producir: alteraciones metabólicas
y nutritivas del paciente, lesiones mecánicas en diferentes partes del tubo digestivo,
alteración del estado general del paciente que pueden conllevar una alteración de la pauta
de tratamiento inicialmente programado o, incluso, la suspensión del mismo
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NÁUSEAS Y VÓMITOS EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO
En la evaluación inicial del paciente es fundamental la historia clínica (diagnóstico,
extensión de la enfermedad, tratamientos recibidos, toxicidades previas, síntomas
actuales) y la exploración física. No se debe relacionar los vómitos de forma automática a
la quimioterapia porque se puede incurrir en errores diagnósticos, y de tratamiento, muy
importantes.