Background Image
Previous Page  74 / 510 Next Page
Basic version Information
Show Menu
Previous Page 74 / 510 Next Page
Page Background

73

EMESIS EN ONCOLOGiA

Dr. Enrique Aranda Aguilar

Jefe de Servicio. Servicio de OncologíaMédica.

Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba

Dr. Isidoro Carlos Barneto Aranda

F.E.A. Servicio de Oncología Médica.

Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba

Los tratamientos aplicados en oncología tienen como finalidad la eliminación de todas las

células tumorales pero en ese objetivo hay que tener en cuenta los efectos secundarios

de cada uno de los tratamientos, que en la situación más extrema pueden dar lugar a una

muerte tóxica.

La toxicidad digestiva secundaria a la administración de tratamientos oncológicos

manifestada en forma de náuseas y vómitos es uno de los efectos más temido por los

pacientes y por los médicos. Sin realizar un correcto tratamiento preventivo puede aparecer

en más del ochenta por ciento de los pacientes que reciben quimioterapia.

Afortunadamente se han producido grandes avances que podemos resumir en: conocimiento

de la fisiopatología e identificación de neurotransmisores, desarrollo de modelos animales

para el estudio preclínico, uniformidad en los estudios clínicos con fármacos antieméticos

con criterios de evaluación de eficacia aceptados y publicación de guías clínicas que

orientan en el tratamiento preventivo de esta toxicidad.

Por lo tanto la prevención y control de esta toxicidad son fundamentales en el planteamiento

del tratamiento de soporte del paciente oncológico. La aparición de náuseas y vómitos

después del tratamiento quimioterápico pueden producir: alteraciones metabólicas

y nutritivas del paciente, lesiones mecánicas en diferentes partes del tubo digestivo,

alteración del estado general del paciente que pueden conllevar una alteración de la pauta

de tratamiento inicialmente programado o, incluso, la suspensión del mismo

1

.

NÁUSEAS Y VÓMITOS EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO

En la evaluación inicial del paciente es fundamental la historia clínica (diagnóstico,

extensión de la enfermedad, tratamientos recibidos, toxicidades previas, síntomas

actuales) y la exploración física. No se debe relacionar los vómitos de forma automática a

la quimioterapia porque se puede incurrir en errores diagnósticos, y de tratamiento, muy

importantes.