Cuidados
Continuos
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sufrimiento presentes en el duelo;
(3)
adaptación al entorno sin la presencia del fallecido, donde el doliente
deberá desarrollar nuevas habilidades, asumir nuevos roles, y buscar nuevas fuentes que le den sentido a
su vida; y finalmente,
(4)
la “reubicación” emocional del fallecido, encontrándole un lugar en la vida psíquica
del doliente que le permita a éste reenganchar con la vida de manera más saludable, desde la intención de
moverse hacia el futuro.
La perspectiva sociofuncional del duelo descrita por Bonanno
(11)
postula que la recuperación posterior a la
pérdida estaríamás relacionada con la activación y facilitación de las emociones positivas que con el trabajo
con las emociones negativas que surgen durante el duelo. Las emociones positivas no sólo no impedirían un
trabajo adecuado de duelo, sino que jugaríanun papel importante en la recuperación emocional del doliente.
Este autor destaca pues, la importancia de poner mayor atención a la recuperación del doliente tratando de
activar, facilitar y/omaximizar las emociones positivas, en lugar de atender sólo a la expresión de los afectos
negativos y del malestar presentes en el duelo.
El duelo puede poner fin a una situación estresante cuando el doliente ha cuidado del fallecido durante un
periodomuy complicado y/oprolongadode tiempo, o cuandoha sobrellevadouna carga afectivamuy intensa
durante laadministracióndeestoscuidados. Enestascircunstancias, lamuertepodríafinalizarunasituación
de sufrimiento por acompañar a quien padece una enfermedad terminal severa o con quien semantuvo una
relación abusiva previa.
Actualmente es ampliamente aceptada la idea de que la mayoría de los dolientes o bien experimentan una
reducciónensus síntomasdeduelo conel pasodel tiempo, obienpuedenaprender a convivir conél. Aunque
puede constituir una experiencia profundamente dolorosa, la mayor parte de las personas se adaptan a la
pérdida siendo capaces de:
•
Reconocer la pérdida
•
Transformar su relación con el fallecido
•
Volver a implicarse con el trabajo y las actividades de ocios
•
Mantener y desarrollar relaciones interpersonales adecuadamente
•
Considerar su vida y su futuro como potencialmente significativos y satisfactorios
Ello no impide sin embargo, que las emociones asociadas al duelo se revivan y/o intensifiquen
en situaciones en las que el doliente se enfrente a los aniversarios, ocasiones especiales, o a
determinados recuerdos del fallecido.
Se han descrito riesgos de morbilidad y mortalidad asociados a la pérdida de un ser querido, enfatizándose
la conexión entre el desarrollo de ciertas enfermedades y el aumento de tasas de mortalidad en dolientes,
y considerándose la relación entre el duelo, la depresión y la funciones inmunológica y neuroendocrina
(12)
.
PSICOPATOLOGÍA ASOCIADA AL DUELO
Como se hamencionado previamente, el DSM-V permite el diagnóstico de una depresión dos semanas
después de sufrir la pérdida de un ser querido. Sin embargo, este tema ha levantado bastante
controversia, entre otras cosas porque los síntomas depresivos son comunes durante el duelo,