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Cuidados

Continuos

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Duelo Agudo Tras el Fallecimiento

Las familias generalmente aprecian significativamente que los profesionales transmitan su pésame a

través de una llamada telefónica u otro medio (por ejemplo, una carta de duelo) una vez se ha producido

la muerte. Asimismo, sería importante evaluar las necesidades familiares de recibir apoyo psicológico

especializado, de participar en grupos de duelo, o de recibir ansiolíticos o hipnóticos para las alteraciones

del sueño. Informar acerca del proceso de duelo normalizando sus manifestaciones, y ayudar al doliente

a recoger los bienes del fallecido son igualmente importantes.

El curso y las expresionesdeduelo varíanenormemente, inclusodentrodeunamisma familia. Normalizar

estas diferencias dentro de la familia y ayudar a los familiares a entender que uno no sufremás por llorar

más que otromiembro, o emitirmás expresiones abiertas de dolor, es imperativo. Es difícil distinguir entre

un duelo “normal” y un duelo patológico durante los primeros meses del duelo, pudiéndose observar un

amplísimo abanico de emociones, conductas, pensamientos y síntomas físicos

(4)

.

MODELOS TEÓRICOS TRADICIONALES Y CONTEMPORÁNEOS SOBRE EL DUELO

En las últimas décadas se ha alcanzado un acuerdo razonable entre los investigadores con respecto

a conceptos y manifestaciones asociadas al duelo

(5)

. Son grandes los avances realizados a partir de las

concepciones del “trabajo” de duelo descritas por Freud en 1917

(6)

, y de las “fases”

(7,8)

, y las tareas de duelo

(9)

descritas por otros autores. Los estudios actuales reconocen al duelo como un fenómeno complejo que

incluye niveles biológicos, psicológicos, sociales y espirituales

(5)

.

Engeneral,losmodeloscontemporáneosqueexplicaneldueloincidenenquelasdiferentesetapasdeéstese

solapan y no ocurren en una secuencia universal preestablecida. Asimismo, coinciden en que las emociones

intensas pueden fluctuar en las fases iniciales del duelo, y que éste lo puede experimentar el doliente a lo

largo de toda su vida, aceptando por tanto, que el duelo no se “resuelve”. Estos modelos no establecen

límites firmes de tiempo en los cuales se deba producir la adaptación a la pérdida, aunque reconocen que

las sanciones culturales pueden determinar la duración de las expresiones de duelo

(3, 4)

. Stroebe y Schut

(10)

desarrollaron un modelo de afrontamiento del duelo como proceso dual, donde el deudo puede oscilar

entre dos direcciones a través de:

(1)

un movimiento de afrontamiento de la pérdida (centrado el la pérdida);

y

(2)

unmovimiento de “re-enganche” con la vida (centrado en la recuperación), comomodo de adaptación a

lamuerte de un ser querido. Así, en algunosmomentos, el doliente necesitará evitar y negar la pérdida para

poder desarrollar otros roles, llevar a cabo ciertas actividades, y modificar algunos aspectos del estilo de

vida que llevaba antes del fallecimiento, oscilando sumovimiento pues, entre la evitación y el acercamiento.

Freud (6) diferenció lamelancolía del duelo, al que consideró como un proceso intrapsíquico privado. Apartir

de su modelo psicoanalítico el interés se centró en el “trabajo” del duelo, orientado a ayudar al paciente a

disolver el vínculo de apego al difunto, con el fin de poder moverse hacia una salida normal del duelo

(7

).

Para Bowlby

(7)

la expresión emocional durante el duelo no es una simple respuesta privada a la pérdida,

sino un esfuerzo por parte del doliente por restablecer la conexión con el fallecido (objeto perdido), y obtener

así consuelo y alivio. La frase “tareas de duelo” fue acuñada por Freud

(6)

y retomada posteriormente por

Worden

(9)

, para quien el duelo es un proceso, no un estado, descartando este autor la noción de “fases” del

duelo descrita previamente

(8)

considerando que lasmismas implican cierta pasividad por parte del doliente.

Para este investigador las tareas del duelo incluyen:

(1)

aceptar la realidad de la pérdida;

(2)

experimentar

la aflicción y trabajar las emociones y el dolor para evitar el bloqueo de los sentimientos y la negación del