Cuidados
Continuos
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MANIFESTACIONES
EMOCIONALES
MANIFESTACIONES
COGNITIVAS
MANIFESTACIONES
CONDUCTUALES
MANIFESTACIONES
FISIOLÓGICAS
Sensación de profundo
anhelo/añoranza
Incredulidad-Irrealidad Búsqueda de apoyo y
confort
Cansancio
Tristeza
Reminiscencia
deliberada
Aislamiento social
Anorexia - Pérdida leve
de peso
Culpabilidad
Pensamientos y
recuerdos intrusivos
Búsqueda del fallecido Palpitaciones
Ira
Dificultad de
concentración
Lloros y suspiros
Inquietud – Tensión
Desesperación
Alucinaciones visuales
y/o auditivas fugaces y
breves
Atesorar objetos del
fallecido
Alteración del sueño
Ansiedad
Sensación de confusión Hablar con/del
fallecido
Temblores
Sensación de alivio
Dificultad para tomar
decisiones
Hiper o hipo actividad Dolor
EL DUELO A LO LARGO DEL PROCESO ONCOLÓGICO
El duelo en oncología, generalmente comienza en el momento del diagnóstico cuando uno pierde
su salud, primera pérdida a la que se enfrenta el paciente, y continúa a lo largo del proceso de
enfermedad, cuando uno se va enfrentando a las numerosas pérdidas que supone el avance del
cáncer, entre las cuales se encuentran las siguientes:
•
PÉRDIDA DE FUNCIONES
, por ejemplo, como en el caso de pacientes con tumores de
cabeza y cuello que ven alteradas las funciones que les permiten ingerir alimentos sólidos o
verbalizar adecuadamente;
•
PÉRDIDA DE CAPACIDAD
, tal y como ocurre cuando el paciente ve interrumpida su capacidad
para llevar a cabo determinadas tareas laborales/profesionales, sociales y familiares debido
a la astenia profunda u otros síntomas físicos generados por la enfermedad o por sus
tratamientos;
•
PÉRDIDA DE ROLES
, por ejemplo, en los casos en los que el cabeza de familia debe ceder
su rol en la familia a su pareja o a un hijo mayor debido a la progresión del cáncer o a un
creciente debilitamiento físico y/o psicológico, y
•
PÉRDIDAS SOCIALES
, como la de pérdida de aquéllos considerados amigos hasta el diagnóstico,
que no han sabido acompañar durante el proceso oncológico.
La aceptación emocional y cognitiva de la muerte es además, un proceso dinámico debido a que
el reconocimiento de la realidad médica que se va imponiendo compite con el deseo de mantener
vivas las esperanzas. Habitualmente esto se experimenta en forma de “montaña rusa” de
sentimientos. Tanto el paciente como las personas significativas de su entorno podrán mantener
un optimismo irreal, protestar, expresar ira y rabia, o manifestar una actitud sobreprotectora
hacia el paciente durante el curso del cáncer y tras la muerte.