Cuidados
Continuos
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Decir o no decir la verdad:
La verdad es un proceso y no un conjunto de hechos que nunca cambian. Informar de la
enfermedad en todos sus apartados no es contrario a mantener la esperanza y va a favor del
respeto al principio ético de autonomía del enfermo. Esto nos permitirá mejorar la participación y
satisfacción del paciente, disminuir el estrés del enfermo mejorando su calidad de vida, reforzar
la confianza mutua, seguridad y el acceso a la información que el enfermo necesita, para ser
ayudado y ayudarse a sí mismo.
Conspiración de silencio:
En nuestro entorno cultural todavía es frecuente ocultar el diagnóstico o pronóstico al paciente
de una enfermedad oncológica. La familia supone que el paciente ignora que su enfermedad es
incurable y de mal pronóstico, y pretende evitar que se entere de ello. A veces los profesionales
sanitarios, conniventes con la persuasión familiar, ocultan el diagnóstico o pronóstico al paciente,
creándose la situación conocida como conspiración de silencio.
La familia pretende autoprotegerse a ella misma ya que también tienen sus miedos, sus temores
y sus dificultades para mantener una comunicación sobre este tema con el paciente.
Igualmente la familia quiere proteger al paciente, pero es un falso proteccionismo ya que se le niega
al paciente la posibilidad de hablar y expresar sus sentimientos con respecto a su situación para
evitarle sufrimientos o por el temor a su reacción al conocer la verdad: deprimirse, suicidarse, etc.
Cierto grado de abatimiento es normal después de comunicar a un enfermo un diagnóstico y
pronóstico relacionado con el cáncer. Tenemos que estar atentos para comprobar si la situación
desemboca en una auténtica depresión, que requerirá tratamiento oportuno.
El suicidio es muy raro dentro del grupo de población oncológica
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y cuando ocurre suele existir
patología psiquiátrica preexistente al diagnóstico de cáncer. Sin embargo, las ideas repetidas
por el paciente, en este sentido, deben ser tomadas en cuenta y consultar con el psiquiatra de
manera urgente.
Comunicación de malas noticias:
Por “
Malas Noticias
” entendemos aquellas que modifican radical y negativamente la idea
que el enfermo se hace de su porvenir. Hay que informar tales noticias desde una actitud
de acompañamiento y ayuda al paciente y su familia. Una mala noticia puede definirse como
“cualquier información que afecte de manera adversa y seria a la visión individual de futuro de una
persona”
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.
Todo el equipo médico debería conocer el grado de información que tiene el enfermo y su familia,
además de adquirir habilidades específicas para comunicar “Malas Noticias”.
Se recomienda el uso de una sistemática que no deje cabos sueltos en el proceso, en aras de
conseguir que el impacto emocional para el paciente sea el menor posible. Se trata de amortiguar
su impacto emocional. Nuestro objetivo principal, si queremos dar una mala noticia de una forma
adecuada, es
proveer información realista con el menor daño posible
, facilitando el proceso de
adaptación a la nueva situación planteada al paciente y su familia.