Cuidados
Continuos
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Información sobre la enfermedad:
Diversos estudios, tanto norteamericanos como europeos (así como recientemente españoles)
muestran que más del 90% de los pacientes que acuden al oncólogo desean conocer si su
enfermedad corresponde a un cáncer. Un porcentaje menor (85%), desean una información
completa sobre su enfermedad y, hasta el 65%, precisan conocer el pronóstico, incluso cuando
éste pudiera ser tan adverso como hasta supervivencias menores al año
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.
Algunos pacientes no desean verbalizar de manera abierta o reiterada su diagnóstico o la sospecha
del mismo; ello no implica siempre desconocimiento sino que constituye, a veces, un mecanismo
adaptativo (transitorio o permanente) que puede explorarse y debe respetarse.
Recomendamos, antes de dar ningún tipo de información,
evaluar los deseos o necesidades
particulares de los pacientes de una manera general, con preguntas abiertas. Por ejemplo,
podemos explicar que hay tres tipos de enfermos. Unos quieren tanta información como sea
posible, buenas y malas noticias; otros sólo quieren saber información positiva; y por último,
otros desean que sea el médico quien decida cuánta información desean conocer. El enfermo, de
esta manera, puede posicionarse en la opción que mejor se adapte a sus deseos. Nos dará pistas
de cómo quiere que manejemos el asunto de la información en su caso. Siempre dejaremos la
posibilidad abierta de que cambie de opinión más adelante si lo desea. Nos mostraremos en
cada momento de la evolución de la enfermedad abiertos a sus necesidades de información.
Ser informados de que existe la posibilidad de elegir cuánta información desean, por ejemplo:
en mi consulta hay tres tipos de enfermos (y explicar los tres anteriores), usted cuál es…
normaliza
la existencia de estas tres clases de pacientes y nuestro respeto a cualquiera que sea la postura
que adopte nuestro paciente-problema
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.
AYUDAS PRÁCTICAS EN COMUNICACIÓN
En el proceso de intercambiar información intervienen:
•
Los mensajes estrictamente verbales.
•
Los paraverbales (como la entonación, fluidez y el acento) que acompañan a los anteriores.
•
Las expresiones faciales y corporales que las complementan.
De manera intuitiva pensamos que el primero de estos componentes, los
mensajes verbales
,
son esenciales. Sin embargo, diferentes estudios coinciden en el hecho de que sólo un 30% del
contenido total del mensaje se vehicula a través de palabras
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.
Bajo el término “
comunicación no verbal
” (70% del mensaje) agrupamos el aspecto general del
individuo, los gestos realizados con las manos y la cara, las expresiones faciales incluyendo la
mirada, la posición del cuerpo y sus movimientos, y la tonalidad, timbre y oscilaciones de la voz,
así como la cadencia del habla, es decir, el
paralenguaje
.
La cadencia y construcción de los mensajes verbales influye decisivamente en la imagen de
nuestro interlocutor. Es decir, la velocidad con la que hablamos, las pausas, inflexiones, etc. Es
por tanto fundamental cuidar la información que se suministra con los “gestos”. Tanto o más, si
cabe, que la facilitada con el mensaje verbal.