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Cuidados

Continuos

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PRINCIPIO ETICOS

Los principios de ética básica ( Tabla 1) son criterios generales que sirven de base a las normas

de actuación de un grupo social o profesional.

No maleficencia:

no hacer daño. En cualquier acto médico hay un riesgo; pero la

balanza entre riesgo y beneficio debe de ser a favor de los beneficios. La obstinación

terapéutica, por ejemplo incumpliría este principio.

Beneficencia:

buscar un beneficio, se debe hacer o promover el bien hacia las

personas respetando los ideales de vida buena de cada una de ellas, y así como no

puede hacerse el mal aunque se pida, tampoco se puede hacer el bien en contra

de su voluntad. Se incumple cuando un paciente es abandonado a su suerte sin

asistencia adecuada.

Autonomía

: respeto que toda persona se merece por ser autónoma o para ser

protegida cuando su capacidad de decisión esté afectada. Tiene en cuenta la libertad

y la responsabilidad del paciente, que es quien decide lo que es bueno para él, para

lo cual tiene que estar perfectamente informado. La falta de confidencialidad y la

conspiración de silencio atentan contra este principio.

Justicia:

imparcialidad en la distribución de recursos, ya que todas las personas

tienen igual dignidad y merecen igual consideración y respeto. Su aplicación exige la

distribución y oferta equitativa de los recursos e implica poder proporcionar a todos

los pacientes la posibilidad de una atención de calidad en la etapa final de la vida.

Aunque en un principio no se consideró que hubiera ningún tipo de prioridad entre los cuatro

principios, sí debe prevalecer una ética de mínimos (no maleficencia y justicia) sobre una de

máximos (beneficencia y autonomía).

En cuanto a miembro de una sociedad todo ser humano tiene que aceptar un conjunto de reglas

y valores comunes como son la protección de la integridad física, psíquica y espiritual de los

individuos y la protección de la integridad interpersonal y social (no maleficencia), evitando la

discriminación, la marginación o la segregación de unos individuos por otros en las cuestiones

básicas de la convivencia (justicia). Por otra parte todo se humano aspira a la perfección y la

felicidad y en consecuencia al máximo, pero este máximo no es igual para todos, sino que depende

del sistema de valores que cada uno acepte como propio, ello está regido por los principios de

autonomía y beneficencia.

El problema del cumplimiento de estos principios aparece cuando existe conflicto entre ellos.