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Cuidados

Continuos

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datos obtenidos en la comunicación previa con el enfermo explorando sus valores y significados,

así como sus estrategias de afrontamiento, pueden facilitar la toma de decisiones compartida

con la familia. En estos casos y en ausencia de un DVA formalizado, adquiere especial relevancia

el registro en la historia clínica del plan avanzado de cuidados y/o la delegación de la toma de

decisiones en la familia o personas vinculadas al enfermo (consentimiento por substitución o

delegado). Cuando no existen familiares o personas vinculadas y el enfermo no es competente

para expresar sus decisiones autónomas, se entiende que el equipo sanitario puede asumir

razonablemente la responsabilidad en las intervenciones que a su a su juicio clínico beneficien

más al paciente.

3,7,8,11,13

CONCLUSIÓN

La sedación paliativa o terminal responde a la necesidad clínica de controlar una situación

sintomática intolerable y sin posibilidad de respuesta a los tratamientos habituales.

La necesidad de sedación terminal surge con frecuencia de forma súbita, asociada a un

deterioro rápido del estado general del paciente que anuncia la inminencia de su muerte.

Esta característica confiriere el carácter irrepetible de la situación, de forma que una

actitud dubitativa en la toma de decisiones puede mantener al enfermo en un sufrimiento

innecesario más allá de un tiempo razonable. Por dicho motivo y comprendiendo la

innegable dificultad clínica de su indicación, es importante haber explorado precozmente

todos los tratamientos habituales posibles y su grado de respuesta, así como los valores

y voluntades del enfermo.

La sedación terminal o paliativa se acepta como éticamente lícita considerando la

necesidad imperativa de paliación y su proporcionalidad, siempre y cuando se contemplen

y registren de forma clara todos los argumentos clínicos que la justifican.