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Cuidados

Continuos

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CONSIDERACIONES ÉTICAS

Se ha discutido mucho sobre la similitud entre la sedación y la eutanasia, llegando incluso

algunos autores a definir la sedación como una eutanasia lenta. La diferencia fundamental se

basa en el objetivo, la proporcionalidad y el carácter temporal (circunstancial o planificado).

Se puede considerar la sedación paliativa o en agonía como una práctica éticamente lícita

basándose en el principio de doble efecto:

Objetivo de la sedación no es provocar la muerte si no aliviar síntomas intolerables

refractarios al tratamiento habitual.

La intensidad del tratamiento sedante es proporcional únicamente al efecto deseado de

reducir el nivel de consciencia.

El efecto secundario potencial de la sedación podría ser acelerar el proceso de muerte.

Sin embargo, el objetivo de control de los síntomas refractarios mediante la reducción

del nivel de consciencia no se asocia necesariamente al efecto potencial de aceleración

del proceso de muerte.

El alivio de síntomas refractarios e intolerables en una situación de final de vida es

inequívocamente beneficioso.

Como es obvio, es muy importante explorar y conocer la voluntad del paciente en estos casos. Si

es posible, en casos de enfermedad incurable y rápidamente progresiva, sería muy importante

la planificación anticipada de cuidados. Este proceso comprende una invitación a pensar, hablar y

compartir los pensamientos y deseos del paciente en referencia a su atención médica y de cuidados

en el proceso de final de vida. El plan anticipado de cuidados involucra al propio enfermo, su familia

y el equipo asistencial, que establecen un proceso reflexivo que comprende:

Revisión de los puntos de vista y valores personales sobre el proceso de final de vida.

Confirmación grado de conocimiento y comprensión de de la situación clínica actual y

su pronóstico. Si es necesario mejorar el grado de conocimiento e introspección de la

información recibida.

Reflexión sobre las opciones de tratamiento y atención.

Facilitación el proceso de tomas de decisiones avanzadas sobre las opciones de cuidado

en el final de la vida de forma autónoma y compartida con el equipo asistencial.

Constancia documental del proceso y en su caso la formalización de un documento de

voluntades anticipadas (DVA).

El consentimiento informado por escrito para la sedación terminal muchas veces es difícil de

obtener debido a que la indicación se establece en le contexto de una situación crítica de extremo

sufrimiento del paciente o de incapacidad cognitiva. Esmás, intentar formalizar un consentimiento

por escrito podría ser “poco sensible, inoportuno e incluso nocivo”, considerándose suficiente el

consentimiento verbal expresado y reflejado en la historia clínica.

11,13

En el caso de que no sea

posible valorar la voluntad del paciente, ya sea por la situación clínica o de deterioro cognitvo, los