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Cuidados

Continuos

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es más variable: entre el 60-80% de los pacientes ambulatorios consiguen mantener esta

función y un 20-30% de quienes tienen una paraparesia pueden recuperar la capacidad para

caminar (incluso un 2-6% de los parapléjicos, sobre todo en tumores muy sensibles y si la du-

ración de la paraplejia es inferior a 12 horas).

La respuesta a la RT está relacionada con la histología del tumor. En general los tumores sólidos

son considerados moderadamente radiosensibles (mama y próstata) o radiorresistentes (mela-

noma, tiroides, colon, riñón, pulmón) y en ellos la probabilidad de recuperar la deambulación es

menor. Los tumores hematológicos (y tal vez el carcinoma microcítico de pulmón) son radiosen-

sibles y las posibilidades de mejoría más elevadas.

Se han utilizado varios esquemas de RT desde una dosis de 8 Gy hasta 40 Gy en 20 fracciones.

Todos muestran una eficacia similar en términos de capacidad de deambulación, alivio del dolor

(52-85%) y supervivencia (4-8 meses). Sin embargo, parece que los tratamientos más prolonga-

dos se asociaban a mejor control local y progresión a un año

(24)

. En pacientes con mal pronóstico

y en situación paliativa un tratamiento corto (8Gy en 1 o 2 días) sería óptimo. Los efectos secun-

darios son similares en tratamientos más o menos prolongados (disfagia, náuseas, esofagitis,

diarrea, dermatitis). La radioterapia estereotáctica permite una irradiación más precisa evitando

el daño de la médula. En los últimos años ha aumentado su uso que se ha demostrado seguro y

eficaz en el control del dolor

(25)

. Su mayor limitación es que no se puede utilizar cuando el tumor

impronta sobre la medula espinal o produce ya CM (sino que tendría que ser previo).

No hay que descartar el uso de quimioterapia en esta situación, pero sólo en pacientes con tumo-

res altamente quimiosensibles (hematológicos o germinales) y asociada a RT o cirugía.

PRONÓSTICO

El pronóstico de la CM depende principalmente del tipo histológico y de la extensión del tumor

primario. La mayor parte de los pacientes fallecían el primer mes cuando no recibían tratamien-

to. Cuando se tratan la mediana de supervivencia oscila entre 3 y 16 meses y en la mayor parte de

casos la muerte se produce por la progresión del tumor primario. El principal factor pronóstico

es el estado neurológico.

Se han desarrollado diferentes índices pronóstico cuya utilidad más evidente sería ayudar a la

selección de pacientes que se beneficien de cirugía. El más utilizado es el de Tokuhashi pero su

capacidad de predecir supervivencia es limitada y parece que sólo el índice ASA, el Karnokfski y

la enfermedad extraósea mantienen su capacidad predictiva en el análisis multivariante

(26)

.

RESUMEN

La CM es una complicación importante en pacientes oncológicos. Su incidencia no es muy ele-

vada en general, aunque sí lo es en pacientes con enfermedad avanzada y determinados tipos

tumorales. Es importante mantener un alto índice de sospecha para su detección precoz y evitar

complicaciones neurológicas que son difíciles de revertir. Hay que pensar en ella sobre todo en

pacientes con enfermedad neoplásica avanzada, con metástasis óseas y dolor dorso-lumbar,

pero también es obligatorio tenerla presente ante cualquier paciente oncológico con dolor y da-

tos incipientes de afectación radicular o medular. El diagnóstico se establece mediante RM y el

tratamiento óptimo incluye, en casos seleccionados, cirugía y radioterapia (Figura 1).