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Cuidados

Continuos

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entre ellos determinará la naturaleza de la lesión y su correspondiente aspecto radiográfico. La

actividad osteoclástica se incrementa por la expresión tumoral de la interleucina-6 y -11 PTHrP

1

,

que estimula la producción por las células del estroma y osteoblastos de RANKL (activador

del receptor del factor nuclear kappa-B ligando), un miembro del factor-TNF-citoquina de la

familia de necrosis tumoral, que se une a su receptor RANK situado en la superficie de los

osteoclastos. RANKL es el principal impulsor de la formación, función y supervivencia de los

osteoclastos

2

.

La resorción ósea producida por los osteoclastos, conduce a la liberación de factores de

crecimiento derivados del hueso, entre los que destaca el factor de crecimiento transformante-

β

,

que a su vez pueden reaccionar con los receptores en las células tumorales y estimular su

crecimiento. Esto crea el llamado “círculo vicioso” en el que la estimulación de la actividad

celular ósea produce un microambiente favorable para las células tumorales vecinas y facilita el

proceso metastásico. La nueva formación de hueso asociada con lesiones osteoblásticas se ha

asociado con la estimulación de los osteoblastos por la endotelina-1 y el factor de crecimiento

similar a la insulina, aunque típicamente, incluso en las lesiones osteoblásticas también hay

asociado un aumento en la resorción ósea osteoclástica

3

.

MÉTODOS DIAGNÓSTICOS

El diagnóstico fundamental se realiza mediante la demostración radiológica de una lesión ósea

compatible con metástasis. El diagnóstico diferencial se plantea con tumores óseos primitivos,

infiltración por linfoma, mieloma, displasia fibrosa, osteomielitis y enfermedad de Paget. Las

principales técnicas radiológicas usadas en el diagnóstico de metástasis son:

Radiología simple:

útil para el diagnóstico básico (presencia de una o varias lesiones

destructivas óseas), las características de la mismas (lítica, blástica o mixta), así como para

evaluar el grado de erosión de la cortical. En pacientes con mieloma múltiple la serie ósea

forma parte de la evaluación básica de la enfermedad.

Tomografía axial computarizada:

es la técnica más sensible para detectar destrucción ósea,

así como para cuantificar el grado de destrucción de la cortical.

Resonancia magnética nuclear:

es la técnica más sensible para la evaluación de la extensión

anatómica intramedular y/o extra-ósea de la lesión, así como para confirmar/descartar

la presencia de compresión medular o radicular en pacientes con lesiones de columna

vertebral.

Ganmagrafía ósea:

es una técnica muy sensible para la detección de lesiones ocultas sin

traducción clínica o radiológica, así como para la evaluación de su actividad biológica.

El diagnóstico debe incluir también una valoración del riesgo de fractura, que es mayor en

pacientes con metástasis líticas, en diáfisis de huesos sometidos a carga, con rotura de la

cortical, y con lesiones múltiples

4

.

Algunos datos analíticos pueden ayudar también al diagnóstico de metástasis óseas. La fosfatasa

alcalina refleja actividad de los osteoblastos, que si es en respuesta a una actividad osteolítica,

indirectamente indica actividad tumoral. Su elevación es por tanto inespecífica, y puede no estar

elevada en lesiones puramente líticas. Algunos tumores presentan elevación de los marcadores

tumorales (CEA, Ca 15,3, Ca 19,9, PSA, o pico monoclonal). El N-telopeptido del colágeno tipo II

es un marcador de resorción ósea pero su uso no está generalizado.