Cuidados
Continuos
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En nuestro país, siguiendo el ejemplo de los Estados Unidos de América, en 1970 se creó la
Sociedad Española de Oncología (SEOM), como sociedad multidisciplinar de oncología clínica de
ámbito nacional. El reconocimiento oficial de la especialidad de Oncología Médica fue solicitado
en julio de 1977 a los Ministerios de Educación y de Sanidad, cuya acción iba a ser decisoria en la
redacción del Real Decreto 2015/1978 de 15 de Junio por el que se regula la obtención de títulos de
especialidades médicas. La Oncología Médica fue reconocida en España al promulgarse el citado
Real Decreto, convirtiéndose así en uno de los primeros países de la Unión Europea que apostó por
la docencia reglada y programada de la Oncología Médica. Así, la primera convocatoria de plazas de
formación de la especialidad fue en 1978 y comenzaron a formarse los primeros oncólogos médicos
españoles mediante un programa de residencia. La primera Comisión Nacional de Oncología Médica
se constituyó en abril de 1979. Coincidiendo con la publicación del Real Decreto 127/ 1984 de 11 de
enero por el que se regula la formación médica especializada y la obtención del título de Médico
Especialista. Desde entonces, la evolución de la Oncología Médica ha sido vertiginosa.
Según el nuevo programa de formación de especialistas de 2013, en el que el periodo de residencia
pasa a ser de cinco años, la Oncología Médica se define como una especialidad troncal de la Medicina
para la que se requiere una formación básica en Medicina clínica, que capacita al especialista en
la evaluación y manejo integral de los pacientes con cáncer con especial énfasis en la toma de
decisiones y en la prescripción farmacológica terapéutica antineoplásica. El oncólogo médico debe
ser un buen clínico capaz de diagnosticar y resolver los problemas de salud que presenta el paciente
oncológico, relacionados o no con su enfermedad y con su tratamiento antineoplásico, hasta su
curación o progresión de la enfermedad y periodo terminal del paciente, incluido el duelo familiar.
Por tanto, podemos afirmar que el objetivo del oncólogo médico es el cuidado del enfermo desde el
diagnóstico, incluyendo el tratamiento y seguimiento, hasta la curación o durante el periodo terminal
del enfermo, atendiendo la patología asociada a la enfermedad y las complicaciones derivadas del
tratamiento, colaborando activamente en el apoyo emocional, social y psicológico que los pacientes y
sus familiares. Esta guía establece una serie de bloques de contenidos de aprendizaje, dentro de los
cuales especifica un apartado específico dedicado a los cuidados paliativos del paciente con cáncer,
en el cual se estable que se han de adquirir las siguientes competencias:
(15)
•
Realizar una historia dirigida y global para el control de síntomas al final de la vida.
•
Diagnosticar e iniciar el tratamiento de los síntomas del paciente en las últimas fases de la
vida.
•
Aplicar las escalas del dolor e iniciar el tratamiento.
•
Conocer las indicaciones de los diferentes tratamientos invasivos y no invasivos para el
control del dolor.
•
Evaluar el grado de dependencia y limitación funcional.
•
Evaluar y prevenir la sobrecarga del cuidador.
Los Servicios de Oncología Médica, en cooperación con otras estructuras asistenciales, deben
ofrecer una atención integral al paciente con cáncer en todas las fases de la enfermedad; desde
el mismo momento del diagnóstico hasta las fases avanzadas, incluyendo la atención en la etapa
final de la vida. Actualmente, la necesidad de atención paliativa contra el cáncer es mayor que
nunca, no obstante, se necesitan más esfuerzos para realizar la integración de los cuidados