Cuidados
Continuos
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existe una relación directa con las dosis totales acumuladas, siendo algo más frecuente
en el caso de la semustina. Morfológicamente, se presenta como una nefritis intersticial
con gloméruloesclerosis y clínicamente se expresa como una elevación progresiva de la
creatinina, que puede llegar a precisar diálisis, sin evidencia de daño tubular. La clínica
puede aparecer tardíamente, incluso meses o años después de completar el tratamiento.
Para prevenir la nefrotoxicidad de estas nitrosoureas se recomienda no superar los
1.000-1.200 mg/m
2
de dosis acumulada de cualquiera de ellas
(8)
.
La estreptozocina es otra nitrosourea, empleada en el tratamiento de diversos tumores
neuroendocrinos, que presenta una nefrotoxicidad superior a las demás, afectando al 65%
de los casos tratados. La lesión se produce a nivel tubular, por un mecanismo desconocido
e, histológicamente, se aprecia una atrofia tubular con nefritis túbulointersticial. La
clínica puede aparecer durante el tratamiento, debutando con una proteinuria de variable
intensidad (en el 50% de los casos), a la que se pueden asociar una acidosis tubular renal
o un síndrome de Fanconi y también una elevación de la creatinina (26%). En la fase
inicial de la nefrotoxicidad, los cambios son reversibles si se interrumpe el citostático.
Sin embargo, la manifestación de la toxicidad puede ser tardía, incluso años después, e
irreversible, habiéndose descrito hasta un 11% de los casos de insuficiencia renal fatal.
No existe consenso acerca de las medidas preventivas, que van desde limitar la dosis de
estreptozocina a menos de1,5 g/m
2
por semana hasta forzar la diuresis, infundiendo 4
litros de suero salino al 0,9% en dos horas, durante su administración
(9)
. De todos modos,
la práctica más recomendable es realizar controles periódicos de sangre y orina para
detectar la aparición de proteinuria o una reducción en el aclaramiento de creatinina que
suelen preceder a la elevación de creatinina en sangre, con el fin de detectar precozmente
la aparición de la nefrotoxicidad.
OTROS CITOSTÁTICOS RELACIONADOS CON TOXICIDAD RENAL
Oxaliplatino: Aunque este fármaco carece de nefrotoxicidad directa, se han descrito
algunos casos de necrosis tubular aguda en el contexto de una hemólisis intravascular,
de tipo autoinmune, en pacientes que estaban siendo tratados con él
(10)
.
Gemcitabina: Se han descrito casos de síndrome hemolítico urémico asociado a una
anemia microangiopática. Parece ser que el tratamiento previo con mitomicina C es un
factor de riesgo
(11)
.
Pemetrexed: Se han descrito casos de diabetes insípida nefrogénica y fallo renal agudo
en pacientes tratados con él.
Además de la toxicidad renal relacionada con citostáticos a título individual, existen
algunas combinaciones que pueden comportar la aparición de efectos secundarios
graves a nivel renal; así, la combinación de cisplatino con bleomicina puede provocar un
síndrome hemolítico urémico similar al de la mitomicina C y también lo pueden hacer las
dosis intensivas de quimioterapia empleadas en el condicionamiento de los transplantes
de médula ósea.