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ASTENIA. PREVENCIoN Y TRATAMIENTO
Dr. Francisco Javier Lavernia Giner
Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica.
Fundación Instituto Valenciano de Oncología. Valencia
La astenia es un síntoma muy común en los pacientes con cáncer y en aquellos que han sobrevivido a
la enfermedad y se encuentran en seguimiento, libres de recaída. Puede persistir meses,
e incluso, años después de haber finalizado el tratamiento lo que hace que a medida
que aumenta la expectativa de vida de los pacientes con cáncer va adquiriendo más
importancia.
La astenia se describe como una sensación desproporcionada de lo que, vulgarmente,
podemos entender como estar cansados, sensación de debilidad o falta de energías.
Podemos entender que en la población sana la astenia puede suponer una respuesta
funcional al estrés físico o psíquico y debe tener un efecto protector. En los enfermos de
cáncer, esta respuesta funcional ha perdido su efecto protector y no mejora tras el reposo
o descanso
(1)
.
No se dispone de un concepto clarificador ni definición consensuada sobre la astenia
secundaria a cáncer pero en la comunidad médica la astenia relacionada con el cáncer es
aceptada como una entidad individual diferente de lo que la población general experimenta
como cansancio. Tiene como particularidad ser persistente y no mejorar con el reposo.
Ejerce importante impacto sobre la calidad de vida de quien la padece y puede llegar a
afectar al cumplimiento del tratamiento bien por considerarse como una toxicidad limitante
de dosis o por ser un efecto adverso que reduzca la adherencia del tratamiento por parte
del paciente. Puede aparecer previamente al diagnóstico del tumor maligno y su intensidad
suele incrementarse a medida que avanza la enfermedad. Valgan como ejemplos de
definición la proporcionada por la National Comprehensive Cancer Network (NCCN) que
dice que la astenia relacionada con cáncer es “aquella sensación persistente de distress
o cansancio físico y/o emocional relacionado con el cáncer o con su tratamiento y que no
es proporcional con la actividad reciente efectuada e interfiere con la normal actividad
(2)
;
otros autores
(3, 4)
la definen con características más concretas como que el cansancio debe
ser severo, con impacto sobre la calidad de vida diaria y coincide con la NCCN en que debe
ser desproporcionado con la actividad que lo desencadena y debe estar relacionado con la
enfermedad o con su tratamiento.