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MANUAL SEOM DE PREVENCIÓN Y DIAGNÓSTICO PRECOZ DEL CÁNCER 84 Real Decreto. Pero estos filtros, con el uso y paso del tiempo se agotan dejando pasar otras radiaciones, generalmente UVB, que modifica el espectro de emisión, fenómeno que se conoce como “contaminación”. Esto exige vigilancia periódica y sustitución de las lámparas. 1.3 Alteraciones que la radiación ultravioleta induce en la piel Dependen también de la naturaleza de la radiación, dependiendo de su longitud de onda, en el medio día la radiación solar es más incidente, con mayor cantidad de radiación ultravioleta B. Del tiempo de actuación sobre la piel, debemos tener en cuenta que los daños de la radiación ultravioleta se acumulan a lo largo de toda la vida y de las características fenotípicas del individuo, el comportamiento de la piel frente a la radiación ultravioleta se clasifica en seis grados denominados fototipos, cada uno de ellos se corresponde con unas características fenotípicas: Fototipo I: Individuos que siempre se queman y nunca se broncean, se corresponde con personas albinas. Fototipo II: Siempre se queman, mínimo bronceado, individuos pelirrojos, ojos azules, pieles muy claras con efélides. Fototipo III: A veces se queman y pueden coger un mínimo bronceado, personas rubias, pieles claras medias y ojos claros. Fototipo IV: Muy pocas veces se queman y siempre se broncean, correspondería con personas morenas de pieles y ojos oscuros. Fototipo V: Rara vez se queman y suelen coger un intenso bronceado, fenotípicamente son etnias moderadamente pigmentadas. Fototipo VI: No se queman casi nunca, raza negra. Por ello, el retrato robot de una persona que sufrirá los daños acumulados por la radiación ultravioleta seria: “individuos de pelo rubio o rojizo, ojos azules, piel muy clara, con tendencia a quemaduras y dificultad para el bronceado. Que haya realizado exposiciones solares continuadas, laborales, recreativas o por lugar de residencia, a lo largo de su vida”. 1.4. Efectos biológicos de la radiación ultravioleta sobre la piel Los podemos clasificar en agudos o inmediatos y crónicos o a largo plazo. 1.4.1 Efectos fotobiológicos agudos o inmediatos Eritema o quemadura solar . Su frecuencia antes de los 20 años, es un factor de riesgo para el desarrollo de algunos canceres de piel en la edad adulta. Bronceado . El verdadero bronceado es visible 72 horas después de la exposición a RUV, esta ocasiona un aumento de la actividad de los melanocitos, que trasfieren a los queratinocitos la melanina sintetizada, produciéndose el bronceado. Parece ser que el mecanismo inductor de la pigmentación es el daño inducido en el ADN y su reparación enzimática. Hiperplasia epidermod é rmica . Es un mecanismo de protección más, que ocurre entre las 24 y 48 horas post- exposición a la RUV, la hiperplasia de la capa córnea es mayor en individuos de fototipos bajos y se produce con la finalidad de proteger la piel frente a la agresión UV. Cambios en el sistema inmunológico. Están en relación con la acción de los ultravioleta sobre las células de Langerhans, células que forman parte de la población celular epidérmica y con función inmunológica, ya que son presentadoras de antígenos. Las células de Langerhans disminuyen funcional y numéricamente e incluso pueden llegar a desaparecer. 1.4.2 Efectos fotobiológicos crónicos o a largo plazo Fotoenvejecimiento. Se asocia a daños propios de la exposición solar crónica confiriendo a la piel fotoexpuesta del rostro, triángulo del escote y parte superior de la espalda un aspecto característico en el que alternan una serie de signos y síntomas de intensidad variable, que dependen del grado de exposición y de las características ópticas de la piel. Fotocarcinogénesis . Es el efecto secundario más importante, por su trascendencia, de la radiación UV. La incidencia del cáncer cutáneo aumenta de forma alarmante en todos los países del mundo en las últimas décadas. Hoy no cabe duda que la exposición a radiación ultravioleta es el factor de riesgo más importante y el único modificable, en la aparición de precáncer cutáneo (queratomas actínicos), cáncer cutáneo no melanoma (carcinomas basocelulares y carcinomas espinocelulares) y melanomas. Los principales estudios epidemiológicos sobre cáncer cutáneo y exposición a radiación ultravioleta han puesto de manifiesto que existe una asociación directa entre exposición al sol e incidencia de cáncer cutáneo, que el aumento de cáncer cutáneo es más frecuente al disminuir la latitud y que los diferentes patrones de exposición solar se asocian con distintos tipos de cáncer de piel, así la exposición intermitente aguda se asocia con carcinomas basocelulares y melanoma, y la exposición crónica o laboral se asocia con carcinomas espinocelulares y algún tipo de melanoma (Lentigo Maligno Melanoma). Así mismo se ha manifestado que las exposiciones solares y quemaduras en la infancia y adolescencia son determinantes de melanoma y carcinoma basocelular en la edad adulta.

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