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MANUAL SEOM DE PREVENCIÓN Y DIAGNÓSTICO PRECOZ DEL CÁNCER 83 Capítulo 10. LAS RADIACIONES ULTRAVIOLETAS. PREVENCIÓN DEL CÁNCER CUTÁNEO AGUSTIN BUENDIA EISMAN Profesor Titular de Dermatologia de la Universidad de Granada. Médico especialista en Dermatología. 1. RADIACIONES ULTRAVIOLETAS Y PIEL El cáncer de piel constituye en la actualidad la neoplasia maligna más frecuente de la humanidad. Es más, su incidencia aumenta de forma vertiginosa desde hace décadas (con crecimientos del 3-8% anuales en Europa), por lo que se ha convertido en un problema prioritario de salud, que origina una importante demanda asistencial y elevados costes sanitarios. Las campañas de prevención primaria constituyen el mejor instrumento para reducir la incidencia. La radiación ultravioleta (RUV) es el agente carcinógenomás importante en los diferentes tipos de cáncer de piel. Para considerar como carcinógeno a una sustancia son necesarias una serie de evidencias epidemiológicas (mayor incidencia de cáncer de piel en zonas soleadas y en individuos sensibles fotoexpuestos), clínicas (localización preferente en zonas fotoexpuestas) y experimentales (inducción de cáncer en animales de experimentación expuestos al carcinógeno). La radiación ultravioleta la podemos recibir a través de fuentes naturales (exposición al sol) o a través de exposiciones a fuentes artificiales (cabinas de rayos UVA). 1.1 Fuentes naturales de RUV El sol se comporta como una gran central electromagnética que produce de forma continua radiaciones de distinta longitud de onda. La radiación emitida por el sol hasta que llega a la tierra y por tanto a nuestra piel, tiene que atravesar una serie de capas, como la capa de ozono, atmósfera, contaminación atmosférica, nubes…, que modifican la cantidad y calidad de la radiación de onda incidente en la superficie cutánea. Cada radiación se caracteriza por su longitud de onda expresada en nanómetros. La longitud de onda se relaciona con la energía. La longitud de onda y la energía se relacionan con la penetración de la radiación en la piel. Podemos afirmar que una radiación penetra más en la piel cuanto mayor es su longitud de onda, pero su energía es mayor cuando menor es ésta, por tanto, a mayor longitud de onda mayor penetración pero menor energía. La radiación ultravioleta, representa el 5% de toda la radiación solar incidente. Se divide en tres grupos, de acuerdo a su longitud de onda: Radiación ultravioleta A (UVA): longitud de onda entre 320- 400 nm. Radiación Ultravioleta B (UVB): longitud de onda entre 290-320 nm. Radiación ultravioleta C (UVC): longitud de onda entre 100-290 nm. La RUVC tiene una penetración en la piel muy escasa, pero es muy energética, en condiciones normales se absorbe por la capa de ozono y no llega a la superficie terrestre. La RUVB tiene menor penetración que la RUVA, pero es 1000 veces más eficaz que los UVA para producir alteraciones en el ADN, es la radiación responsable de los efectos agudos sobre la piel, la absorbe el cristal de ventana, aumentan en verano y decaen en invierno, su máxima incidencia es a medio día y no atraviesan las nubes. La RUVA tienen alta penetración, pero baja energía, atraviesan el cristal de ventana, están presentes todo el año desde el amanecer hasta el anochecer y atraviesan las nubes. En general, cuanto más corta sea la longitud de onda de una radiación, menor es su poder de penetración en la piel, pero mayor es su energía y, por tanto, mayores los efectos biológicos que produce. Debemos tener en cuenta que en la radiación que recibe la piel, también influye la radiación reflejada en las distintas superficies, como nieve que refleja el 85%, arena el 17 % o agua el 5%. 1.2 Fuentes artificiales de RUV La radiación que producen las fuentes artificiales tiene las mismas características físicas y fotobiológicas inherentes a cada longitud de onda, lo que cambia es la fuente de emisión. En general las lámparas empleadas con fines cosméticos emiten preferentemente radiación UVA. En ningún aparato con destino a uso cosmético se debe permitir la radiación UVC, situación biológicamente inadmisible, por lo que el límite debe establecerse por encima de los 290 nm, ya que la radiación UVB tampoco debe utilizarse con fines cosméticos. El Ministerio de Sanidad y Consumo, con la colaboración de miembros de nuestro grupo de investigación, elaboró una regulación del uso de aparatos de bronceado mediante radiaciones ultravioleta, a través del Real Decreto 1002/2002 de 27 de septiembre de 2002, BOE: nº 243 de 10 de octubre de 2002, resumimos los principales puntos: 1. No se podrán recibir radiaciones UV en centros de bronceado o con aparatos domésticos, con una irradiación efectiva superior a 0,30 w/m2 y longitud de onda por debajo de 295 nm. 2. Queda prohibida su utilización por usuarios menores de 18 años. 3. Estos aparatos deben manejarlos personal con preparación adecuada y someterse a inspección de funcionamiento regulada por las Comunidades autónomas. El problema fundamental de las fuentes artificiales es que están diseñadas para emitir una radiación que se filtra por la misma lámpara con el fin de que la radiación final, la que recibe la piel, se adapte a los límites impuestos en el

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