manual-prevencion

MANUAL SEOM DE PREVENCIÓN Y DIAGNÓSTICO PRECOZ DEL CÁNCER 81 4.4. El espectro electromagnético Los seres humanos están expuestos a radiaciones electromagnéticas, unas naturales y otras artificiales. El espectro electromagnético es el rango de todos los tipos de radiación electromagnética. En función de su longitud de onda, de su frecuencia, o de su energía tienen diferentes aplicaciones y también se clasifican. Para la salud humana el interés se centra en las radiaciones ionizantes (rayos X, radón), las ultravioletas (radiación solar, aparatos debronceado), y las asociadas a campos electromagnéticos debaja frecuencia (aparatos eléctricos, líneas de alta tensión, o teléfonosmóviles). La principal fuente natural de radiación ionizante es el gas radón . Este gas se produce en el proceso normal de desintegración radiactiva del Radio-226. La exposición de las personas se produce por la inhalación de este gas. Este gas se produce en el suelo, y se acumula en el interior de los edificios, y particularmente en los sótanos, garajes y las plantas bajas de las viviendas. La cantidad de radón depende de la cantidad de Radio-226 en el suelo. Por ello, en España la exposición se concentra en ciertos territorios, particularmente en el noroeste, pero también en ciertas zonas de Andalucía. El radón es factor de riesgo para el cáncer de pulmón, y además se sospecha que pueda estar asociado al cáncer linfático 14 . En las zonas de exposición, el radón es el segundo factor de riesgo para el cáncer de pulmón, tras el tabaco. En el caso del radón, las estrategias preventivas en las zonas de especial exposición incluyen modificar las viviendas o edificios, para aumentar la ventilación y reducir la acumulaciónde este gas. En España, se espera que, en la próxima revisióndel CódigoTécnicode la Edificación, se incluyan lasmedidas relativas a las viviendas, para reducir la exposición al radón 15 . La fuente principal de exposición “artificial” a las radiaciones ionizantes son las aplicaciones médicas. Otras fuentes esporádicas son los accidentes como Chernobil o el de la Isla de las Tres Millas, o liberaciones esporádicas de las instalaciones nucleares. Además, las radiaciones ionizantes son un riesgo ocupacional para las profesiones que manipulan tecnologías o productos radiactivos, como por ejemplo los sanitarios/as en los servicios y unidades correspondientes, los trabajadores/as de las centrales nucleares, etc. La evidencia de la carcinogenicidad de las radiaciones ionizantes proviene de estudios en pacientes irradiados por razones médicas, por personas expuestas en accidentes nucleares, por estudios de trabajadores/as expuestos en instalaciones nucleares, y por los estudios de los supervivientes de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. En el caso de estos supervivientes, la leucemia fue el principal cáncer asociado a la radiación, y en menor medida en otras localizaciones. En la actualidad, el uso masivo de la tomografía es quizás un nuevo factor de riesgo. Algún estudio europeo apunta hacia un aumento del riesgo en pacientes sometidos a estos procedimientos diagnósticosoterapéuticos. Según la IARC,hayevidenciacientíficadeasociaciónde las radiaciones ionizantesconcánceresdenumerosas localizaciones, entre ellas piel, cerebro, pulmón, riñón, mama, vejiga, o tiroides. En cuanto a las radiaciones no ionizantes , las que actualmente presentan más interés son las producidas por los teléfonos móviles, y por las líneas de alta tensión y aparatos eléctricos. La IARC ha clasificado a las radiofrecuencias como posibles cancerígenos (grupo 2B), y específicamente asociadas al glioma, un cáncer de cerebro, cuando la exposición es muy alta por un uso muy frecuente y continuado del teléfono móvil. La evidencia sobre los teléfonos móviles y tecnologías afines es todavía incipiente, y no se ha podido establecer una relación causal. En todo caso, se considera que el riesgo es pequeño, vista la evolución de la incidencia de cánceres de cerebro desde que esta tecnología ha aparecido. Por una parte, es una tecnología relativamente nueva, cuya evaluación de la exposición es particularmente compleja. Además, los mecanismos de producción del cáncer no son bien conocidos, y la relación entre la magnitud de la exposición y el efecto son pocos precisos. Por todo ello, hay en marcha diversos estudios e iniciativas que arrojarán más evidencia al respecto en los próximos años. Con respecto a las líneas eléctricas, sobre todo de alta tensión, algún estudio ha sugerido una asociación con la leucemia infantil, pero no se ha podido establecer una relación causal. Ymuchos estudios no han encontrado asociación alguna. 4.5. Contaminación atmosférica Recientemente, la IARC ha calificado a la contaminación atmosférica como agente cancerígeno para el ser humano. La contaminación atmosférica es uno de los factores de riesgo más relevantes en términos de salud pública. La contaminación del aire exterior es una mezcla de contaminantes procedentes de una gran variedad de fuentes naturales y antropogénicas. Transporte, generación de energía, actividades industriales, y calefacciones, son las fuentes principales. Millones de personas, sobre todo residentes en las ciudades, están expuestas a la contaminación. De ahí su relevancia en salud pública. El aumento del riesgo de cáncer de pulmón se ha observado en estudios epidemiológicos, que incluyeron a millones de personas y miles de casos de cáncer de pulmón en ciudades de Europa, América del Norte y Asia, y con niveles de contaminación dentro de los valores habituales en nuestras ciudades; en estudios experimentales en animales; y en una amplia gama de estudios sobre los mecanismos relacionados con el cáncer 16,17 . 5. CONCLUSIONES En resumen, conseguir y mantener un medio ambiente general y ocupacional libre de cancerígenos, es una estrategia muy eficaz, y especialmente eficiente, para reducir la incidencia del cáncer. Pero para ello hay tres condiciones básicas. La mejora de la calidad y cantidad de la evidencia científica, especialmente la epidemiológica. El desarrollo de leyes y normas, así como la implantación de tecnologías, que prevengan o reduzcan sustancialmente la exposición a los agentes cancerígenos ambientales, y gobiernos dispuestos a aplicarlas. Y finalmente, la capacidad de la ciudadanía y de los profesionales sanitarios y ambientales de conseguir trasladar el conocimiento científico disponible a la prevención ambiental y ocupacional del cáncer.

RkJQdWJsaXNoZXIy MzI1NTI=