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MANUAL SEOM DE PREVENCIÓN Y DIAGNÓSTICO PRECOZ DEL CÁNCER 71 5. BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA EN LA PREVENCIÓN DEL CÁNCER Casi todas las pruebas que relacionan la AF con riesgo de cáncer provienen de estudios observacionales en los que los individuos reportan el nivel de AF que realizan y tienen un seguimiento durante años 9 . Los resultados de los estudios observacionales no pueden establecer definitivamente que la inactividad física cause cáncer (o que la AF proteja contra el cáncer), puesto que las personas que no son físicamente activas pueden diferir de las personas activas en otras formas además de su grado de AF 9 . Manteniendo esta perspectiva a continuación, se exponen los beneficios que la práctica regular de AF ocasiona atendiendo al grado de evidencia científica por tipo de cáncer. 5.1. Cáncer de colón El cáncer de colon es uno de los cánceres que se estudian más en relación con la AF. En el año 2009, un metaanálisis de 52 estudios epidemiológicos que examinaron la asociación entre AF y el riesgo de cáncer de colón encontró una disminución del riesgo de cáncer de colon del 24% en aquellos individuos más activos físicamente 12 . Un análisis conjunto de los datos de 12 estudios prospectivos europeos o norteamericanos de cohortes sobre AF realizada en el tiempo libre (actividades que se realizaban a discreción del individuo generalmente para mejorar o mantener buenas condiciones físicas o la salud) obtuvieron una disminución del 16% del riesgo de cáncer de colon en el grupo de individuos que eran más activos 12 . Esta incidencia disminuía tanto en los tumores con localización proximal como distal en las personas más activas físicamente. La AF también está asociada con un riesgo menor de adenomas (pólipos), un tipo de pólipo que puede convertirse en cáncer de colon 12 . Sin embargo, no está claro si la AF está asociada con la disminución de la reaparición de los pólipos extirpados 12 A continuación, la tabla 3 resume la evidencia científica que la práctica regular de AF ocasiona sobre los individuos y su relación con la prevención primaria del cáncer de colón Tabla 3: Actividad física y cáncer de colón 12 5.2. Cáncer de mama Muchos estudios muestran que las mujeres físicamente activas tienen un menor riesgo de cáncer de mama que las mujeres inactivas. En un metaanálisis del año 2013 sobre la base de 31 estudios prospectivos, la reducción promedio del riesgo de cáncer de mama asociado con la AF fue de 12% 13 . La práctica regular de AF se ha asociado a una disminución del cáncer de mama tanto en mujeres premenopáusicas como en postmenopáusicas, pero es más fuerte en las postmenopáusicas. De hecho, las mujeres que aumentan su AF después de la menopausia pueden también tener un riesgo menor de cáncer de mama que las mujeres que no lo hacen 13 . A continuación, la tabla 4 resume la evidencia científica que la práctica regular de AF ocasiona sobre las mujeres adultas y su relación con la prevención primaria del cáncer de mama. Actividad Física y Cáncer de colon y recto Grado de evidencia científica Reduce el Riesgo Incrementa el Riesgo Convincente Actividad física 1,2 Grasa corporal 3 Grasa abdominal 3 1. Actividad Física de todo tipo: ocupacional, en el hogar, transporte y recreacional. 2. La evidencia en cáncer de colon es convincente, sin conclusión en cáncer de recto 3. La actividad física realizada de forma regular previene de la ganancia de peso (sobrepeso y/u obesidad) y ayuda a la pérdida de peso y reduce la adiposidad abdominal

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