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MANUAL SEOM DE PREVENCIÓN Y DIAGNÓSTICO PRECOZ DEL CÁNCER 65 Los estudios concluyen que el consumo de grasas totales no parece tener un impacto en el riesgo de cáncer; no obstante, el incremento en la ingesta de calorías conduce a un incremento de peso, que como se menciona previamente, aumenta el riesgo de múltiples cánceres. Cómo puede verse afectado este riesgo por la ingesta de los distintos tipos de grasas presentes en los alimentos, saturadas, insaturadas, transgénicas, aún se desconoce 4 . 3.2. Carnes rojas y procesadas El consumo de carnes rojas (carne de vaca, cerdo, oveja, ternera, caballo) y procesadas (embutidos, ahumados, curados, etc.) se ha relacionado con el desarrollo de enfermedades sistémicas crónicas como la artritis, la diabetes tipo 2, la enfermedad de Alzheimer, así como diversos cánceres. El mayor efecto carcinogénico en las carnes rojas parece deberse al hierro hemo presente en éstas, de forma más específica, a los radicales que son liberados en el proceso de oxidación de éste 15-17 . Por otra parte, las altas temperaturas utilizadas en su preparación parecen desempeñar un papel importante, probablemente por la producción de hidratos poliaromáticos y otros carcinogénicos producidos por las proteínas en el proceso de carbonización 14 . Un metaanálisis de dos grandes cohortes estadounidenses reportó una relación positiva entre el consumo de carnes rojas procesadas (HR = 1.36; 95% IC: 1.09-1.69; P= 0.006), carnes rojas no procesadas (HR = 0.75; 95% IC: 0.68-0.82; P <0.001) y el desarrollo de cáncer a nivel de colon distal. No se encontró relación estadísticamente significativa con el desarrollo de cáncer en colon proximal 18 . Un estudio que analizó una cohorte japonesa tras un seguimiento de 16 años encontró relación positiva, estadísticamente significativa ,entre el consumo de carnes procesadas y el incremento de riesgo de cáncer de colon en hombres, no obstante, esta relación no fue similar para las mujeres 21 . La influencia que el género guarda sobre esta relación aún debe ser esclarecida en futuros estudios 19 . Los resultados de meta-análisis concluyen que el consumo de carnes rojas incrementa el riesgo de cáncer CCR, teniendo mayor repercusión en la carcinogénesis, la frecuencia del consumo, no así la cantidad 20,21 . No obstante, el consumo moderado de carne roja y/o procesada es aceptado dentro de una dieta balanceada. 3.3. Frutas y vegetales El consumo de frutas y verduras se ha relacionado con la disminución de mortalidad por causas cardiovasculares y digestivas 22 . Un estudio australiano estimó que el 1.4% y 0.3% de los casos de cáncer en la población eran debidos al consumo inadecuado de frutas y vegetales, respectivamente y que incrementando la ingesta de fibra proveniente de éstas se podrían prevenir 8.8% de cánceres colorrectales 23 . Los resultados de estudios prospectivos han identificado una asociación inversa estadísticamente significativa, entre la ingesta de frutas y vegetales y el riesgo de cáncer colorrectal. En los casos de cánceres localizados en: estómago, vías biliares, páncreas, cérvix, endometrio, próstata, riñones, vejiga y de linfomas, la relación encontrada no ha sido significativa 24 . Los fitoestrógenos, compuestos similares a los estrógenos, representados principalmente por los flavonoides (presentes en la soja) y los lignanos (encontrados en frutas, verduras y cereales), los cuales parecen tener propiedades anticancerígenas. Un estudio prospectivo realizado en una cohorte asiática demostró una disminución de riesgo significativa de cáncer de mama en mujeres premenopáusicas debida al alto consumo de flavonoides 25 . En su último informe la OMS concluye que, pese a la falta de evidencia en estudios prospectivos, que establezca una reducción del riesgo de cáncer debido al consumo frutas y vegetales, éste último es aconsejable debido al beneficio sobre la diabetes y las enfermedades cardiovasculares y la posible reducción de la incidencia de algunos cánceres 1 . 3.4. Lácteos Resultados publicados en cuanto a la relación entre el consumo de lácteos y el incremento de cáncer de ovario son inconsistentes. Respecto a esto, al menos dos importantes metaanálisis 26,27 concluyen una relación positiva inversa con un aumento del riesgo. Los resultados de estudios de casos y controles no son concluyentes en este sentido. Algunos análisis sugieren que la heterogeneidad de los resultados en los estudios de casos y controles podrían deberse a la cantidad de grasa o a la lactosa presente en estos productos 28 . Más estudios prospectivos son necesarios a este respecto. En el caso del cáncer de mama, en las mujeres premenopáusicas el consumo de productos lácteos bajos en grasa se asoció con una disminución de riesgo significativo 29 .

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