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MANUAL SEOM DE PREVENCIÓN Y DIAGNÓSTICO PRECOZ DEL CÁNCER 260 • 1B.- Educación Sanitaria Escolar: Nuestros niños y jóvenes deben comenzar a entender al igual que los adultos que para vivir en nuestro país es imprescindible una Vida Sana; Sí o Sí o Sí, no hay alternativas. Para ello proponemos Incluir en Primaria y Secundaria una asignatura obligatoria llamada “Vida Saludable” de 1-2 horas semanales y cuyos contenidos van desde la alimentación, la prevención de las drogas (botellón, tabaco, porros, etc.) o la educación sexual sana. No tendrá exámenes y las notas se darán en función de los hábitos de los alumnos (fomentando las mejores notas a los que tengan mejores hábitos, y penalizando, al contrario; mandando trabajos extra sobre el tabaco o suspendiendo a los fumadores que no abandonen el hábito, etc.). El profesor encargado de dicha asignatura será el mismo para todo el instituto y tendrá asesoramiento directo del Equipo Preventivo. También podrían colaborar las enfermeras comunitarias o escolares existentes en algunas comunidades. • 1C.- Educación del personal sanitario: La importancia y prevalencia del cáncer implica que sea necesario establecer unprograma formativo institucional para todo el personal sanitario implicado (médicos, enfermeras, técnicos) tanto en atención especializada como atención primaria. Abarcaría cursos cortos de Prevención primaria y secundaria con posibilidades de ampliación para los profesionales implicados directamente en la tarea. Esta formación debería tener un carácter prioritario, práctico y obligatorio. 6.3.2. Organización sanitaria Sivamosapedircompromisoatodalasociedad,tendríamosquecomenzardandoejemplonosotrosmismos.Elajustedelaorganización para el desarrollo del Proyecto es sencillo y económico, pero requiere determinación y empeño por parte de las Consejerías de Salud. Se indicarían directrices para que los responsables de los distintos centros colaboren y den la prioridad necesaria. • Consulta de Prevención del Cáncer; En cada centro de salud podría haber un médico de familia y un enfermero que alternen su actividad normal con el desempeño de consultas preventivas varios días por semana. Estas consultas se ocuparían de la prevención primaria y secundaria, pero también de supervisar el funcionamiento de los circuitos de diagnóstico rápido ante un signo de alarma que haya detectado cualquier compañero. Tendrán acceso directo a los servicios clave y sus peticiones claramente justificadas tendrán prioridad absoluta sobre cualquier otra actividad de esos servicios destino; de hecho, deben seguir circuitos rápidos y diferenciados al resto de peticiones. El resto de médicos del centro de salud podrían derivar a esta consulta los casos de alto riesgo (enfermedades premalignas, antecedentes familiares, etc.) o con sospecha de neoplasia por síntomas de alarma oncológicos, estos pacientes serán vistos a demanda, sin demora. Estos compañeros se verían liberados de esa responsabilidad y podrían dedicarse mejor a otras áreas atención primaria (HTA, niño sano, diabetes, etc.). En realidad, no se requieren más recursos sino solo una reorganización de los mismos concediendo prioridad al principal y más grave problema sanitario. Estos profesionales encargados en cada centro de salud de la “consulta preventiva de cáncer” deberían ser en principio de forma voluntaria; profesionales motivados para esta tarea, y con conocimientos básicos en Prevención del Cáncer (Master, cursos, etc…). Deberían tener un breve proceso de reciclaje de 2 meses rotando por las consultas de los Servicios diagnósticos implicados en las neoplasias más frecuentes que son los servicios clave para esta tarea (por ejemplo; Unidad de mama, consultas de digestivo, urología, ginecología, radiología, dermatología, respiratorio, cirugía y oncología) aprendiendo exclusivamente solo el tipo de exploración y pruebas que deben o no deben solicitarse o realizar para el diagnóstico exacto de una posible neoplasia, absteniéndose del enfoque terapéutico. Así además de un diagnóstico certero y rápido a cargo de estos médicos obtendremos mayor eficiencia en todo el proceso. El entrenamiento progresivo de estos profesionales y la accesibilidad diagnóstica, podrían permitir que en el plazo de unos años los diagnósticos tardíos sean una mera anécdota. El Equipo Preventivo participarían en la formación, apoyo y supervisión de los médicos y enfermeros encargados de la prevención, que pertenecen a los centros de salud de su ámbito. • 2B. Formación Especializada Para conseguir la curación del cáncer y el descenso de la mortalidad debe implicarse de forma imprescindible la estructura sanitaria especializada, al menos los Servicios Clave. Deben de constituirse circuitos de derivación rápida con atención primaria, en caso de alta sospecha, dando respuesta inmediata (<1 semana) para realización de la prueba correspondiente (mamografía, colonoscopia, etc.). Los servicios diagnósticos deben implicarse con efectividad en el diagnóstico precoz, la formación de los médicos de familia y en la prevención del cáncer. Pero de nada serviría un diagnóstico rápido si luego el paciente tarda en intervenirse. Por tanto, los servicios quirúrgicos deben asegurar la intervención de los pacientes en el mínimo tiempo posible. Esta actividad debe supervisarse y coordinarse con primaria consiguiendo una continuidad asistencial adecuada. La figura de la “enfermera de enlace oncológica”es fundamental en esta tarea.

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