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MANUAL SEOM DE PREVENCIÓN Y DIAGNÓSTICO PRECOZ DEL CÁNCER 248 2.1. Entrevista motivacional: relación motivacional Fueron Miller y Rollnick quienes, en 1991, publican un libro donde se recogen los conceptos básicos de la EM , adaptada a su ámbito de trabajo en el tema de las adicciones 25 . Posteriormente este modelo se ha utilizado en múltiples áreas: diabetes, trastornos de alimentación, obesidad, EPOC, VIH, adicción al tabaco, alcohol u otras sustancias, etc. Como indica Rodriguez Sanz, J. et al 24 : “La EM es un estilo de comunicación colaborativa orientada hacia objetivos, que presta especial atención al lenguaje del cambio, y que está diseñado para fortalecer la motivación intrínseca y el compromiso de un paciente con un objetivo específico, suscitando y explorando sus propias razones para el cambio en una atmósfera de aceptación y compasión”. Dicho de otra forma, el profesional sanitario tiene que aprender / adquirir ciertos recursos y capacidades (sobre todo de comunicación) que le sirvan para guiar y ayudar a su paciente en el proceso de reflexión sobre la conducta a modificar. El cambio de una conducta se consigue por la influenciamutua que se produce entre la capacidad (puedo hacerlo), lamotivación (para qué lo hago) y la oportunidad (¿es el momento ahora para hacerlo?) (ver figura 1). Figura 1: como cambiar conductas: la rueda del cambio Entre los factores predictores más potentes para generar el cambio está la percepción de “cómo me veo” cuando lo haya realizado, la autoproyección de futuro, es decir la imagen que tengo de mí mismo cuando haya cambiado de conducta. Nuestra labor como sanitarios sería pues, colaborar con el paciente en este proceso de cambio amodo de guía, tutor o facilitador. Proceso en el que debemos entrenarnos en, por un lado, explorar las creencias y la relación del paciente con el hábito, y por otro, en facilitar que encuentre las ventajas y ganancias de la nueva conducta (las suyas propias), y que sea capaz de visualizarse en la nueva situación de salud. En este proceso de intervención debemos evaluar, además de los diferentes riesgos presentes y de su disposición a cambiar una conducta, el apoyo social del que dispone y el acceso a los recursos comunitarios 9 . Tomada de: Córdoba García, R et al. Grupo de Educación Sanitaria y Promoción de la Salud del PAPPS. 9

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