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MANUAL SEOM DE PREVENCIÓN Y DIAGNÓSTICO PRECOZ DEL CÁNCER 128 Capítulo 16. DETECCIÓN PRECOZ DEL CÁNCER. PROGRAMAS DE CRIBADO ISABEL CHIRIVELLA GONZÁLEZ Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica. H. Clínico. Universidad de Valencia. Mª TERESA MARTÍNEZ MARTÍNEZ Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica. H. Clínico. Universidad de Valencia. ALBA VIALA MONLEÓN Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica. H. Clínico. Universidad de Valencia. 1. DEFINICIÓN DE UN PROGRAMA DE CRIBADO Un programa de cribado en cáncer se refiere a la realización de pruebas diagnósticas a personas, en principio sanas, para distinguir aquellas que probablemente estén enfermas de las que probablemente no lo están. Es una actividad de prevención, cuyo objetivo es reducir, si se detectan lesiones precancerosas, el número de enfermos y así intentar evitar la mortalidad prematura y/o la discapacidad asociadas a la enfermedad y en definitiva, mejorar su pronóstico. El cribado también tiene desventajas y riesgos. Además de los potenciales efectos adversos asociados a las pruebas y al tratamiento, los pacientes en los que la detección precoz no suponga una mejora en su pronóstico sufrirán un periodo de morbilidad mayor por el adelanto diagnóstico. La detección de anomalías de pronóstico incierto o lesiones precursoras puede derivar en sobre-diagnóstico y sobre-tratamiento. Una de las limitaciones de los programas de cribado son los cánceres de intervalo (CI), que son aquellos tumores diagnosticados tras una exploración de cribado negativa y antes de que se realice la próxima . 2. ¿CUÁNDO ESTÁ INDICADO REALIZAR UN CRIBADO EN CÁNCER? Para que una enfermedad sea considerada susceptible de control mediante programas de cribado debe cumplir una serie de requisitos referidos tanto a la enfermedad en sí, como a la prueba o pruebas que se utilizarán para su detección. Además, deberá haberse podido demostrar que su aplicación conlleva una mejora en el pronóstico, con la consiguiente reducción de su incidencia, mortalidad y/o mejora de calidad de vida, y siempre con la seguridad de que estos beneficios compensarán los posibles efectos adversos. En base a esos criterios y a los resultados de impacto de los numerosos programas en desarrollo, no sólo en España sino en Europa, diversos organismos e instituciones han elaborado recomendaciones sobre las enfermedades que pueden abordarse a través de programas de cribado. Respecto a los programas de cribado de cáncer, en el año 2003 el Consejo de la Unión Europea recomienda a los estados miembros que desarrollen programas de cribado de cáncer de mama, de cuello de útero y de colon y recto. La estrategia del cáncer del SNS en España, actualizada en el año 2009, también recoge la misma recomendación. 3. ORGANIZACIÓN DE UN PROGRAMA DE CRIBADO El cribado poblacional es una actividad preventiva que se aplica a todas las personas residentes en la comunidad, de manera sistemática, con invitación individual de cada persona de la población objetivo y dentro del marco de un programa organizado. Es, por tanto, un proceso organizado e integrado en el sistema de salud, en el que todas las actividades están planificadas, coordinadas, monitorizadas y evaluadas dentro de un marco de mejora continua de la calidad, garantizando los principios de eficiencia y equidad. El cribado debe ser un proceso continuo y no una prueba puntual. En contraposición, el cribado oportunista tiene un carácter individual y se ofrece dentro de los servicios de salud a petición del interesado o aprovechando una consulta por otro motivo. En este tipo de cribado, no hay una clara evidencia de los beneficios en salud esperados ni de las consecuencias de los efectos adversos que de ellas derivan. No se garantiza la calidad del proceso en su conjunto, no es posible una evaluación ni del proceso ni de los resultados y su impacto en salud es incierto.

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